Cantinflas en Dominicana

La presunta lucha contra la corrupción en República Dominicana ha pasado de ser algo meramente politiquero para convertirse en algo todavía…

La presunta lucha contra la corrupción en República Dominicana ha pasado de ser algo meramente politiquero para convertirse en algo todavía peor: una novela cantinflesca cuyo protagonista principal es el director del Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa (DPCA), Hotoniel Bonilla. En los últimos dos años, por ejemplo, la Cámara de Cuentas ha entregado más de 38 auditorías al DPCA que revelan violaciones a leyes creadas para garantizar la transparencia en la administración pública. Todas, según su presidenta Licelott Marte de Barrios, con mérito suficiente para que se produzcan sometimientos a la justicia. Sin embargo, el DPCA no ha hecho absolutamente nada al respecto.

También, varias organizaciones de la sociedad civil como Alianza Dominicana contra la Corrupción (Adocco), el movimiento cívico Toy Jarto, entre otras, han depositado en el DPCA decenas de denuncias bien fundamentadas sobre compras irregulares y contrataciones grado a grado, violaciones a la ley de acceso a la información pública, sobrevaluaciones de obras, tráfico de influencias, nepotismo, falta de transparencia y otras clases de delitos contra la cosa pública clasificados bajo el título de corrupción. Sin embargo, ninguna de estas acciones ha recibido respuesta alguna del DPCA y, junto con las auditorías señaladas, duermen el sueño de los justos en alguna gaveta de la fallida e inoperante institución. Tampoco han interesado a Bonilla los evidentes actos de corrupción administrativa que se aprecian en las difusiones de numerosos reportajes investigativos de televisión en programas dominicanos como Nuria o El Informe, y las reiteradas denuncias presentadas en estos mismos programas contra funcionarios como Félix Bautista o incluso Héctor Rodríguez Pimentel.

Por eso, más que un mecanismo de represión, constituye un chiste y una payasada que el ineficiente Hotoniel Bonilla, quien ignoró tantas denuncias incluyendo las que se presentaron contra Rodríguez Pimentel, ahora que éste decidió apoyar al principal partido de oposición, entonces quiera hacerse el gracioso y anuncie que va a hacer lo que nunca hizo (es decir, ponerse a trabajar).

En su limitada capacidad, él debe creer que “se la está luciendo con el jefe” y que ha quedado como todo un Superman, pero la impresión generalizada, incluso de las personas de su propio partido y Gobierno, es que nueva vez está haciendo el ridículo. Y ya me imagino a un hombre tan inteligente como el presidente Leonel Fernández con la mano en la cabeza en señal de vergüenza, probablemente muy arrepentido de haber nombrado a Bonilla, pensando lo mismo que dijo hace unos años el Rey de España: “¿Por qué no te callas?”.

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