Capotillo: un sector que talla trabajo en madera

En Capotillo, los nombres de Marino Almonte, Ana Figuereo y Julio César Rodríguez son altamente conocidos y es muy probable que si usted compra un juego de comedor, un estante u otra pieza en una tienda de ese sector, o en otra de la capital, haya&#8230

En Capotillo, los nombres de Marino Almonte, Ana Figuereo y Julio César Rodríguez son altamente conocidos y es muy probable que si usted compra un juego de comedor, un estante u otra pieza en una tienda de ese sector, o en otra de la capital, haya sido hecho por uno de ellos.No son los únicos ebanistas que tiene la comunidad. En Capotillo, en una calle estrecha o un espacio de esos que la gente llama “rincón”, pueden existir entre 12 y 15 pequeños talleres, a una distancia tan corta, que se cruza a uno pensando que se está en el otro.

Estigmatizada por años, Capotillo es una comunidad laboriosa, de gente que tiene su norte en el trabajo. De eso habla con orgullo el gerente de crédito de la sucursal sector Luperón de Banca Solidaria (BS), Valentín Romero, a quien le ha correspondido verle la cara a emprendedores del lugar y a muchos otros de comunidades circundantes, que han tenido un préstamo como sombrilla para poner a caminar sus ideas y proyectos.

De acuerdo con datos oficiales, Banca Solidaria ha concedido 4,984 préstamos por un valor global de 355 millones 524,250 pesos para Capotillo y zonas aledañas. Con esos recursos ha empujado a micro y pequeños empresarios que sin ese respaldo no habrían tenido “rejuego” para hacerlo. “Mi madre fue ebanista y desde pequeño seguí esa trayectoria. He crecido entre los palos. Si te hablo de estantes fabricados, podría decirte que entrego entre cincuenta y sesenta cada mes a mis clientes. También hago gaveteros”, le dice Marino Almonte a un equipo de prensa de elCaribe, que le visitó. Almonte es uno de los beneficiarios de los financiamientos de BS. Tiene un préstamo de RD$80,000, tomado para pagarlo en dos años. “Yo tengo clientes en el interior y tengo clientes en la Duarte”, narra con orgullo el ebanista.

Cercanas a su local están las microempresas de Ana Figuereo, la de José Santos, la de Julio César Rodríguez y otros, donde el aserrín de la madera evidencia que la actividad por aquí es intensa. Y más adelante se encuentra el taller de José Alberto García y el de Yeison Olivero, entre otros. Un elemento común entre los pequeños artesanos de la madera es que pequeños préstamos estatales les han servido de impulso y abierto puertas para el mundo de los negocios.

“La gran mayoría de ellos posee préstamos y el que no tiene es porque está concluyendo uno que tiene con alguna otra institución, para luego posiblemente tomar uno con nosotros”, asegura José Rodríguez Reyes, oficial de negocios de Banca Solidaria.
Rodríguez es una persona conocida en Capotillo porque “despacha” permanentemente con los beneficiarios de los préstamos. Los saludos que recibe mientras camina por las calles evidencian el trato cercano que tiene con los ebanistas y con otros clientes.

“Ellos (los clientes) tienen la visión sobre el tiempo al que quieren que se le otorgue el préstamo. El cliente sabe cómo le es más cómodo pagar y cuánto puede pagar. Es mejor que él decida cómo le es más cómodo y así no me queda mal a mí como vendedor que soy”, dice Rodríguez. Y agrega que “lo importante es que se sientan respaldados por el Estado”.

Para la industria, en sentido general, BS tiene montos de préstamos que llegan hasta los siete millones de pesos. Eso no quiere decir que se haya otorgado un monto de ese nivel a una sola persona en Capotillo. José Santos, por ejemplo, tomó un crédito por RD$150 mil y Ana Figuereo uno por RD$25 mil. La tasa de interés para la industria es del 8%, según informaciones de Banca Solidaria. Los plazos otorgados para compras de equipos y remodelación pueden llegar hasta los cinco años. El índice de morosidad en Banca Solidaria está por debajo del uno por ciento, lo que significa que tanto los ebanistas, como los dueños de paleteras, los vendedores de caldos (sopitas) y otros que les toman prestado al organismo estatal son “buena paga”.

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