Carlos Martínez: Del seminario a las Grandes Ligas

Carlos Martínez tenía casi 16 años cuando pidió un permiso en el seminario de Montellano, Puerto Plata, para ver si podía convertirse en pelotero profesional.

Carlos Martínez tenía casi 16 años cuando pidió un permiso en el seminario de Montellano, Puerto Plata, para ver si podía convertirse en pelotero profesional. Un año después, el sueño de ser el padre Carlos quedó liquidado. Nació quien hoy es una de las joyas de los Cardenales de San Luis en las Grandes Ligas.

“Quería ser sacerdote”, dice Martínez a elCaribe en la pasada Serie Mundial ante Boston. “Yo estaba en el seminario, ya llevaba un tiempo y me gustaba, pero algo me dijo que jugara pelota. Algo me lo decía”, agrega el hoy joven estelar de 22 años de edad.  “Pimpa”, como le llaman a Carlos, fue formado en ese mundo católico. Fue monaguillo en una buena parte de su infancia y todo indicaba que sería sacerdote. Nunca conoció a su padre y su madre, Mamerta Martínez, falleció cuando tenía ocho meses de nacido, según su tío Winston, quien le dio todo el apoyo para que se diera una oportunidad en la pelota.  “Le dije, ´Pim, juega un año y si no se puede vuelves al seminario a continuar con el sacerdocio´´´, revela Winston. “Él le pidió permiso al padre Amaury para salir y se lo concedieron”.

Winston llevó a “Pimpa” donde Johan Cid y Javier Martínez (El Burrito) para que lo entrenaran antes de salir a buscar firma. “Tiene un talento natural”, dice Cid, presente en San Luis durante el Clásico de Octubre pasado, “me di cuenta de inmediato y nos fajamos a trabajar”.

No todo fue color de rosa. Carlos llegó a firmar con los Medias Rojas de Boston, el mismo equipo al que se midió en la Serie Mundial, por 160 mil dólares al año de salir de Montellano, pero la firma no progresó debido a dudas con su edad.

“A él lo declaró un hermano de nosotros que se llama Ángel Manuel Martínez y eso nunca lo escondimos. Un muchacho sin padres, que tenía que estudiar y nosotros pobres, había que buscarle una salida, porque entonces no iba a ser ni bachiller ni padre”, explica Winston.

“Pero siempre dijimos que esa era su edad. Que investigaran, que no había miedo ni estábamos mintiendo”, dice.

Nunca bajó la cabeza

Si alguien pensó que la anulación del pacto con Boston más el hecho de declararlo inelegible para firma por un año de parte de la MLB era suficiente para frustrar a “Pimpa”, se equivocó enormemente. 

“Ahí fue que trabajé duró. Le dije a mi tío que si era una prueba de Dios, pues que yo la iba a superar, porque mi fe era mucho más fuerte que ese momento amargo”, dice Carlos. “Yo tenía una situación, pero no estábamos mintiendo y Dios no olvida a sus hijos”.

El orgullo del barrio El Avispero, donde sobrevivía en una pobreza tal que cuando llovía el agua penetraba ampliamente en su vivienda, redobló sus jornadas de entrenamiento y los resultados llegaron de inmediato.

“Recuerdo que nunca bajó la cabeza. Se fajó a entrenar dos veces al día”, señala Winston. “Y en vez de medir 92 y 93 millas en el radar como en su primera firma, el muchacho tiraba a 100 y estaba más cotizado”.

Carlos, un serpentinero derecho, firmó con los Cardenales por un millón quinientos mil dólares en 2010 y tres años después demostró tanto que, aunque comenzó en las menores, terminó en la nómina del equipo que fue a la Serie Mundial como una pieza clave del relevo.

El talento de Martínez fue reconocido por compañeros y rivales durante la postemporada. Siempre se ha dicho que para ganar unos, otros tienen que perder. El proyecto del padre Carlos no continuó, pero el país y las Grandes Ligas encontraron una joya.

Yadier Molina valora el talento del joven criollo

Si existe una voz autorizada para hablar de lanzadores ese es Yadier Molina, quien entiende que Martínez llegará lejos en su carrera.

“El muchacho trabaja duro, fuerte y no tiene miedo cuando tiene que lanzar”, dice Molina. “Cuando hay que ejecutar, pues ejecuta. Ha hecho un gran trabajo este año y aquí todos sabemos que tiene un tremendo futuro. Con el tiempo tomará más experiencia y será mejor lanzador”, agrega.

David le pide que trabaje y continúe humilde

David Ortiz se midió a Martínez en la Serie Mundial y quedó impresionado.
“Tenemos a un tremendo talento dominicano en ese muchacho. Ese puede llegar lejos, pero lejos. Es más, a lo mejor él no sabe qué tan lejos puede llegar”, comenta Ortiz.  “Le pido que trabaje duro, porque en este juego uno se mantiene trabajando. Espero en Dios y su gente cercana que no se le suban los humos a la cabeza. Que siga tranquilo y triunfará, Dios mediante”.

Reacciones

Tiene talento y una determinación increíble para un muchacho de su edad. Ha demostrado que pertenece a Grandes Ligas”
John Mozeliak
Gerente de Los Cardenales

Tiene un repertorio tremendo. Lanza muy duro y sabe quitarle a la pelota. Ese muchacho es especial y duro de enfrentar”
David Ross
Receptor de Boston

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