Carta de un abuelo a un amigo, padre

1.- La última vez que hablamos me preguntaste la razón por la cual en muchos de mis escritos hago hincapié en la necesidad de proteger a la niñez dominicana, y los consejos que dirijo a mis nietas y nietos; ante tu inquietud te prometí que, oportunam

1.- La última vez que hablamos me preguntaste la razón por la cual en muchos de mis escritos hago hincapié en la necesidad de proteger a la niñez dominicana, y los consejos que dirijo a mis nietas y nietos; ante tu inquietud te prometí que, oportunamente, por escrito te daría respuesta. Porque sé que me formulaste tu duda de buena fe, me dispongo por medio de la presente satisfacer tu preocupación.

2.- Al igual que tú, estoy plenamente convencido del estado de descomposición que en todos los órdenes se encuentra la sociedad dominicana, con el agravante de que todavía no ha tocado fondo, lo que quiere decir que lo peor no está presente, y esto te lo digo partiendo de la realidad, no de falsa percepción o subjetivismo.

3.- Porque bien me conoces, sabes que no me gusta ver las cosas del lado negativo, sino del positivo; pero por más optimista que sea no puedo sustraerme a lo que está a mi vista y la de toda persona sensata y con sano juicio.

4.- Mi amigo, no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que el medio social bajo el cual estamos viviendo desmoraliza, desanima a cualquiera que no sea cómplice de esta situación que día tras día genera más y más desilusión.

5.- Por muy alegre que te levantes de tu cama, una vez te mueves por tu ciudad, te transformas en un ser humano tocado por la pesadumbre, golpeado por la desesperanza; influenciado por la preocupación y el padecimiento que te lleva casi a la impotencia como hombre sensible.

6.- Al igual que tú, vivo enamorado de la vida, y para mi país deseo lo mejor en el orden material y espiritual, pero una cosa es a lo que aspiramos y otra, muy distinta, la que pinta la realidad.

7.- Hay que estar privado totalmente de la vista, o ser frío e indiferente, para no darse cuenta que nos estamos moviendo en una especie de selva, en una jungla con calles y avenidas, habitada por personas que bien aceptan vivir como tribu.

8.- Sé que no desconoces que la democracia que padecemos, diseñada al gusto del imperio y la minoría nacional que le es dócil, es de hojalata, y tan frágil que se dobla por un mísero peso devaluado, y sus instituciones endebles hasta el punto de que el vaho que despide la corrupción las cautiva.

9.- Sinceramente te lo digo, sin hacer mucho esfuerzo podemos llegar a la penosa conclusión de que estamos moviéndonos en un fango social; transitando por un terreno encharcado, y al final del mismo lo que se vislumbra es algo legamoso. Lamentable, pero es así.

10.- Si quieres comprobar el cuadro feo que es el medio social dominicano, basta que detenidamente te pongas a ver lo que a diario ocurre a nivel del fenómeno de la corrupción y la ausencia de institucionalidad; inseguridad personal y de bienes; mediocridad educativa; falta de civismo y orgullo ciudadano. En pocas palabras, el ambiente está contaminado, huele mal, apesta, está insufrible.

11.- Lo expuesto anteriormente no es sorpresa para ti, ni procuro alarmarte; simplemente te estoy reseñando algo de lo que a diario somos testigos y que, como te dije más arriba, aún lo peor no ha llegado.

12.- Quiero llamar tu atención de que ni por asomo me ubiques como un pájaro de mal agüero; jamás me voy a convertir en un mensajero de malos presagios; lo que ocurre es que las señales que envía el ordenamiento social y económico actual, no me hacen ver nada bueno en lo inmediato, aunque sí espero y confío en un porvenir de buenos augurios para nuestro pueblo.

13.- Sinceramente te lo digo, sin mucho esfuerzo podemos llegar a la conclusión de que el grado de enfermedad que padece la sociedad dominicana en lo económico, social, político y de decencia, sólo puede superarse si la niñez dominicano de hoy es desarrollada con una mentalidad nueva, diferente a la que predomina ahora, la cual descansa en el individualismo, el egoísmo, la sed de dinero fácil, la ambición desmedida y cuantos vicios y taras convierten al ser humano en un instrumento de pretensiones insociables, en un lobo para el lobo.

14.- Luego de hacerte una relación de algunos de los síntomas que identifican el cuadro de las enfermedades que afectan al cuerpo social dominicano, paso a explicarte lo que motiva mi inquietud e interés para que la niñez dominicana se levante sana, robusta; no contaminada; para que ella pueda sanar, hacer posible que nuestro pueblo recupere la perdida salud económica, social, ética, cívica y ciudadana; y evitamos que el país se convierta, en el futuro, en un sanatorio, algo así como un establecimiento de enfermos sometidos a tratamientos para enfermedades terminales.

15.- Quiero significarte que para depositar mi confianza en aquellos seres humanos que habitan en nuestro medio y todavía están en el primer período de vida, las niñas y los niños, tomo en consideración que los ya adultos estamos formados; somos malos o buenos; el medio ya nos condicionó; en la formación de nuestro comportamiento los vicios sociales penetraron en proporciones diferentes, dependiendo de la condición clasista y otros factores.

16.- Mi amigo, la percepción que tengo es que la única forma de dejarle al país un mejor futuro es salvando a nuestras niñas y niños, educándolos para que tengan una actitud, una conducta que les haga hombres y mujeres de bien para el porvenir. El pasado y el presente no han sido nada halagüeños para nuestro país, y si crees que no tengo razón te invito a que lances una mirada retrospectiva a nuestra historia.

17.- No sé lo que piensas, pero sí te digo que estoy convencido de que a nuestro país hay que relanzarlo, a los fines de que recobre el civismo perdido; estimularlo para que rescate el correcto proceder; haga suya la necesidad de que en él impere la decencia, la hidalguía y el respeto perdido a la honestidad y a la honradez; para que a la conciencia de las ciudadanas y ciudadanos retorne su actitud hacia su pasado orgulloso de ser personas confiables por su integridad.

18.- Con franqueza te digo que estoy convencido de que sólo formando a la niñez de hoy en el actuar correctamente podemos recomponer el país, y con ello eliminar cualquier posibilidad de mantener la enferma sociedad actual, bajo la cual grupos politiqueros en forma desenfrenada, con avidez, se han lanzado sobre el erario, desvalijándolo impunemente.

19.- No te puedo ocultar que pienso que una de las tantas formas de perder el tiempo es creer que algo bueno se puede obtener con el material politiquero actual, prostituido hasta el tuétano; teniendo la política como negocio; con ausencia total de honestidad; educado en la desfachatez, y como línea normal de vida la sinvergonzonería en su más alta expresión.

20.- Anido la concepción de que para comenzar a formarle a la niñez una idea del medio social dominicano hay que, de entrada, explicarle que el sistema social bajo el cual vivimos es una especie de trampa diseñada para engatusar a la mayoría del pueblo dominicano; que es un instrumento para cazar a todos aquellos que caen como bobos, un cebo debidamente moldeado en manos de sus ideólogos timadores.

21.- Aunque tú no lo creas, uno de los objetivos de los que manejan la trampa, los politiqueros tramposos, es mantener tranquilos, en permanente quietud a sus víctimas, a la mayoría del pueblo; y luego serenarlo para hacer imposible cualquier excitación que pueda perturbar el orden establecido que le oprime y margina.

22.- Todos aquellos que se benefician de la mansedumbre de las masas, jamás quieren verlas movilizadas, en estado bravío, con gestos de valentía, sino como animales domesticados, amaestrados para que hagan de yunque, no de martillo.

23.- Lo mejor de nuestro pueblo no llegará a ningún destino satisfactorio sirviéndole de tonto útil a quienes con la mayor desfachatez le engañan; debemos cifrar positivas esperanzas en las niñas y niños que tenemos, apoyándonos en su ternura, mimándolos y haciéndoles saber que son la única esperanza sana y limpia con que cuenta el país; que de su formación va a depender que enterremos para siempre este asfixiante fango social sobre el cual estamos viviendo que genera pestilencia por dondequiera.

24.- Basta con que hagas una reflexión, y sin mucho esfuerzo comprenderás que el sistema educativo dominicano, si no fracasó por completo, está por esa vía, por lo menos eso es lo que dicen las estadísticas. Mi objetivo no es alarmarte, pero la verdad es que la situación que estamos viviendo es grave a nivel de instrucción, aunque se quiere presentar como muy leve, sin trascendencia.

25.- Creo que hay que salvar a los que no han quedado atrapados en la red de formación mediocre. Sin una educación integral e instrucción de calidad no vamos a tener hombres y mujeres educados y, por vía de consecuencia, el nuestro no será más que un Estado fallido.

26.- Mi buen amigo, no seas ingenuo, debes analizar con detenimiento la situación en que se encuentra nuestro país desde hace tiempo, y comprenderás que el mal que padecemos en lo social, económico y político es sistémico; no es cuestión de poses, de personas feas o bonitas, políticos jóvenes o viejos; el mal es de fondo, no de forma; conviene que tú aprendas a distinguir, a separar lo particular de lo general, en fin, que sepas lo que tenemos, lo que merecemos y lo que debemos hacer para cambiar la realidad actual.

Mi querido amigo, finalmente, quiero que retengas estas ideas que te transmito como abuelo, pero espero las asimiles como padre:

a.- La crisis que padece la sociedad dominicana en el orden económico, social, institucional y moral, es sumamente preocupante; y lo peor es que todavía no ha tocado fondo.

b.- El relajamiento en el seno de la familia ha conducido al desenfreno; la degradación ha sido aceptada por muchos padres con indiferencia, lo que lleva a que la depravación se vea como algo normal.

c.- Los padres de familias que delegan en la escuela la formación de sus hijos e hijas, proceden en forma equivocada, porque desconocen que la educación en el hogar es la base fundamental para el comportamiento, en el futuro, de los adultos.

d.- Hay que hacerle comprender a cada niña o niño dominicano de hoy, que va a ser valorado en el futuro, no por su capacidad, talento y patrimonio económico, sino por la posición que haya asumido en cada coyuntura de la vida política y social del país, al lado de las causas justas.

e) Que las niñas y niños del futuro deben asumir con su país un compromiso social, ético y moral; que tienen que revestirse de un espíritu de sacrificio; saber que como miembros de la sociedad donde han nacido, formado y desarrollado tienen que, además de su actividad laboral como medio de subsistencia, servirles a la comunidad, incidir en la vida pública sin importar las circunstancias. 

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