Centro Cultural Perelló, un encuentro con el conocimiento

Un centro cultural es una “puerta” que se abre al conocimiento, el cual ayuda a enriquecer el acervo cultural de los miembros de la comunidad.

Un centro cultural es una “puerta” que se abre al conocimiento, el cual ayuda a enriquecer el acervo cultural de los miembros de la comunidad. Allí, los encargados de fomentar el interés o “saciar la sed” del saber de los más inquietos, tienen el desafío de luchar con la falta de fondos, el poco apoyo, la desmotivación y los estragos de una generación inmersa en los aspectos banales.

El aporte socio-cultural de una casa formativa es incalculable, pues se convierte en el “refugio” del “desamparado” intelectual, del que anhela poder ser como los grandes maestros de la literatura o de las artes plásticas, pero que no cuenta con las facilidades económicas; y de aquellos, de un estrato social más elevado que han tenido el privilegio y que desean aportar o aprender aún más. Es decir, que en los centros culturales comunitarios se rompe con las jerarquías sociales. Allí, todos somos iguales.

Y precisamente, en Baní, provincia Peravia, se encuentra el Centro Cultural Perelló, un espacio inaugurado en 2011, con el objetivo de trabajar en base a cuatro ejes temáticos: la educación, la cultura, el arte y el medio ambiente, que según su directora, Julia Castillo, son aspectos que ayudan a la integración de los jóvenes de la región, tanto en la comunidad como la sociedad en general.

“Este es un espacio donde la gente se acerca a buscar conocimiento, entretenimiento sano, culto. Y nosotros, entendiendo sus necesidades trabajamos para darles las herramientas del conocimiento”, comenta Castillo, quien asegura que la juventud banileja está ávida del saber.

Con el fin de promover la cultura en los habitantes de la comunidad banileja y sus alrededores, surge el Centro Cultura Perelló bajo el eslogan “Cultura para el desarrollo”. En este espacio, que consta de 10,200 metros cuadrados, de los cuales 2,290 corresponden a la edificación, se ha hecho realidad el sueño del empresario Manuel de Jesús Perelló Báez, quien deseaba crear en Baní una biblioteca que sirviera a las generaciones futuras. El proyecto tomó otra magnitud cuando sus descendientes crearon la Fundación Perelló, mediante la cual pone en marcha algo más que una biblioteca, y es cuando surge el concepto de un espacio moderno donde la gente pueda tener un desarrollo integral.

“El servicio comunitario que damos es nuestra prioridad. La familia Perelló ha hecho una inversión visionaria con responsabilidad social y con miras al desarrollo”, comenta Julia Castillo, directora del Centro Cultural Perelló, quien considera, que en sus dos años de gestión, el mayor reto de las instituciones culturales es la falta de recursos.

“Estamos viviendo una crisis económica mundial, y cuando esto sucede las partes más sacrificadas son las artes y la educación. Ese es el reto que estamos enfrentado todas las instituciones culturales y educativas, pues es lo primero que se saca del presupuesto porque no es considerado una necesidad básica”, manifiesta Castillo, quien es economista y tiene una maestría en Gerencia Cultural.

Abierto para todos

A pesar del “cuadro” general socio-económico, los directivos del Centro Cultural Perelló, y que cuenta con 28 empleados, entienden que la mejor inversión siempre debe dirigirse a reforzar la educación, a la formación con criterio. Por tal razón, las actividades, cursos y talleres son gratuitos pero apostando a la calidad de los servicios que ofrecen.

“Creemos en la gestión cultural. Nuestro sueño es transmitir que el arte es tan importante, tanto para los pobres como para los ricos, pero para los pobres es aún más porque es alimento para el alma. Ese alimento es lo que te da la fuerza para seguir adelante. Además, entendemos que si no hacemos una oferta gratuita no llega. La idea es dar sin importar a quien. Es un aporte social a través el centro”, dice Castillo.

Para solucionar la situación, la directora del centro considera que, tanto el Estado como las instituciones privadas, deben comenzar a ver el renglón cultura de una manera diferente, verlas como: “industrias culturales como parte del progreso”. Algo para lo que, afirma, se trabaja en el Centro Cultural Perelló.

“Sería un gran logro desarrollar las industrias culturales, que se valore el trabajo artístico y cultural de nuestra gente, sin precisamente ser un Cándido Bidó o un Pablo Picasso… el trabajo de los artesanos y artistas rurales también tienen su aporte”, agrega.

¿Qué se puede encontrar en el centro?

Además de la exposición “Tributo a Ramón Oviedo”, una selección de obras pertenecientes a la colección personal de Fernando Báez Guerrero y la exposición fotográfica “Oasis para un nuevo mundo”, de Amanda Lovoti, patrocinada por la Embajada de Francia, las cuales se encuentran actualmente expuestas al público en general, los interesados pueden acercarse a sus instalaciones para ser partícipes de talleres y conferencias organizados por el centro.

En el aspecto formativo, el Centro Cultural Perelló también se encuentra realizando el programa de inglés por inmersión para lo que cuenta con el apoyo del Ministerio de Educación.

También cuentan con círculos literarios infantil y juvenil, Curso/taller de ortografía creativa, organizan el segundo Certamen Literario Infantil y Juvenil y ofrecen cursos de fotografía.

El conocimiento enriquece el alma

El mayor logro del centro, de acuerdo a Julia Castillo, ha sido integrar a los jóvenes a las actividades que realizan. Algo que los motiva a seguir implementando cosas nuevas.

“El conocimiento enriquece el alma y nos hace ser mejores. Esto hace que queramos renovar constantemente nuestras propuestas culturales”, comenta Castillo.

Como novedad, estarán impartiendo el taller de dirección coral, impartido por Michael Grohotolsky, director del Coro de Cámara de Viena y profesor de la Universidad de Música y Artes Escénicas de Viena, quien visita por primera vez el país. Este se estará realizando del 28 de julio al 8 de agosto. Otra novedad, es el programa de francés por inmersión, junto a la Alianza Francesa. El cual está previsto a comenzar el próximo año.

Motivación
Un motor para trabajar es la sed de conocimiento de los jóvenes, que se han convertido en las fuerzas del Centro Cultural Perelló y en las mías”.

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