Desde que iniciamos nuestro proceso de formación a la vida enfrentamos múltiples riesgos. Al salir a este mundo hostil, con todos sus males y deficiencias provocadas por el hombre, tenemos que luchar cada día por sobrevivir y superar las pruebas que se nos presentan.

Sin embargo, no estamos solos, hay un Dios Todopoderoso dispuesto a ayudarnos. Ayer me llamó la atención lo que dice el libro de Salmos 9:9: “El Señor es refugio del oprimido; cuando más lo necesita, Dios es su fortaleza”.

Y es que Él está atento a cada una de nuestras necesidades, sólo espera que le demos la oportunidad de demostrarnos cuánto nos ama. Por más crisis, conflictos y problemas que se nos presenten el suicidio no es la salida, Dios quiere auxiliarnos.
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