Coherencia y compromiso en la vida de Juan Bosch

Además de un pensador, un revolucionario, un político de izquierda como muchos suelen definirlo, Juan Bosch fue un humanista y un referente moral en la política y la vida pública.Su trayectoria de vida y su vasta obra literaria y sociológica,…

Además de un pensador, un revolucionario, un político de izquierda como muchos suelen definirlo, Juan Bosch fue un humanista y un referente moral en la política y la vida pública.

Su trayectoria de vida y su vasta obra literaria y sociológica, forman en su conjunto un pensamiento, una teoría política única, creada en República Dominicana pero de dimensión universal.

Al hablar del Boschismo, nos referimos también a un pensamiento, a una escuela, que en lo que respecta a la realidad dominicana, encuentra fundamentos en las más de 50 obras escritas por este pensador dominicano de conocimiento y reconocimiento mundial.

Una de las características que más se destacan en la vida y obra del maestro Juan Bosch y deben llamar poderosamente la atención, fue su coherencia, la cual encontramos tanto en su producción literaria como en su trayectoria política comprometida con su pueblo y Latinoamérica, desde que en 1931, se iniciara como escritor en la revista Bahoruco, dirigida por el venezolano Horacio Blanco Fombona, donde las valoraciones no se hicieron esperar seguidas por los recelos de una élite intelectual que llegó a creer que por el apellido exótico y la calidad de la obra, se trataba de un seudónimo de algún escritor de estilo modernista, interesado en que no se conociera su verdadera identidad. ¿Y ese tal Bosch, quién es, dónde vive, acaso existe?, se le atribuye haber insinuado de forma irónica a uno de los voceros de la élite intelectual de la época.

Bosch, con apenas 22 años de edad, comenzó a promover su propia escuela inspirada en la criolledad, muy de moda en Latinoamérica y que en esencia era la ideología de los patriotas (Conchoprimos) que desde mitad del siglo XIX se venían inmolando por la causa dominicana.

Desiderio Arias y Cipriano Bencosme, asesinados en los primeros años de la dictadura trujillista, fueron dos de sus últimos héroes.

Juan Bosch en un manifiesto para justificar el movimiento literario conchoprimista que intentó crear y que fue publicado en la Revista Bahoruco, expresa lo siguiente; “Aquí en Santo Domingo, quizás a consecuencia de pobreza en la flora y fauna y también ausencia de una raza nuestra, nos hemos dedicado a los acontecimientos y con ellos a los hombres. Pero éstos, manejados como cosa: instintivos, impulsivos, bastos. Nada de pensamiento destilado. Y como no tenemos otra historia que la de la sangre, hemos tomado la bandera que yacía en el suelo, pudriéndose, desde la llegada de los yanquis. La hemos tremolado, así desgarrada, enfangada y hedionda. Ahí ha nacido el “Conchoprimismo literario”, que lo será artístico antes de poco tiempo en todo el frente de las artes”. Este manifiesto provocó fuertes criticas en su época.

Durante sus primeros años Bosch, además de escribir cuentos, escribía y publicaba poemas costumbristas en la revista Alma Dominicana, dirigida por el seibano Emilio A. Morel.

Camino Real (1933) su primer libro de cuentos y La Mañosa (1936) su primera novela, constituyeron una prueba de lo que decimos. A aquella época corresponden La Mujer, un cuento que ha sido seleccionado por casi la totalidad de las antologías de cuentos de Hispanoamérica; incluyendo Dos Pesos de Agua y El Abuelo.

Se cree que el cuento La Mujer, publicado en el año 1933, meses antes que Camino Real, fue su primer relato. En La Mañosa, el personaje central es una mula y el narrador es un niño enfermizo. Dos obras posteriores y pioneras de la sociología política de Bosch, son sus publicaciones sobre la vida de Eugenio María de Hostos y Composición Social Dominicana, cuyos antecedentes son de aquellos primeros años, y que reforzarían esa impronta.

En cuanto a su práctica política que se inicia en el exilio, hay un dato conmovedor dado a conocer por el expresidente cubano Fidel Castro Ruz, en conversaciones con Katiuska Blanco Castiñeira para el libro Guerrillero del Tiempo, puesto a circular en el país en días recientes.

En plena juventud Bosch formó parte del nutrido grupo de dominicanos de la frustrada expedición armada de Cayo Confites y por ello, en gestiones ante los gobiernos democráticos. Cayó preso en Colombia y estuvo en huelga de hambre. Estamos hablando de la expedición pionera de los Héroes de Luperón de 1949, dirigida por Juancito Rodríguez, que pretendía derrocar a Trujillo en 1947 y de la que Castro, junto a muchos otros cubanos y latinoamericanos formaron parte. Castro Ruz cuenta lo siguiente: “Durante aquel periodo se esperaba más personal, procedente de Cuba, Miami, y otros lugares. Estando en la isla, un día llegó un grupo de dominicanos y, entre ellos Juan Bosch. Muy pronto hicimos amistad. Entre tanta gente en el cayo a mí me gustaba conversar con él; de todos los dominicanos que conocí fue el que más me impresionó. Lo recuerdo como un hombre mayor, cumplí 21 años en el cayo, y pienso que Bosch ya tendría unos 36 ó 37 años. Su conversación realmente conmovía, la forma en que se expresaba; parecía un hombre muy sensible.

Vivía muy modesto allí, igual que todos los demás, y creo que sufría lo mismo que la gente. Yo no lo conocía, no sabía que era el escritor, el historiador, el intelectual. Lo vi como un dominicano honorable, de conversación agradable que decía cosas profundas y sensibles; transmitía todo eso. Se le veía como una persona que sentía los sufrimientos de los demás, estaba sufriendo por el trabajo duro de la gente. Además vivía la emoción, porque era el intelectual, al fin y al cabo, que se incorporaba a la acción, llegada la hora de la lucha-un poco como hicieron Martí y otros muchos intelectuales de nuestra propia guerra- pudiéramos decir que era allí el hombre de mayor calibre, el más destacado”.
Ese es nuestro Juan Bosch. Y como ha dicho alguien con mucha autoridad para hacerlo fue él un hombre de pensamiento y acción en todo lo que se propuso, marcando auténticamente con sus aportes políticos y literarios a la sociedad dominicana. De sus contribuciones a la política nacional queda poco de qué hablar, mientras que de su pasado literario todavía van surgiendo detalles que terminarán conformando definitivamente el perfil del que fue el más destacado literato dominicano del siglo XX”.

Juan Bosch es no sólo el más destacado en el área de la literatura, sino también en el político, con una obra literaria, intelectual, histórica, moral, política, patriótica, pedagógica y humanista, que forman una cultura, cuya divulgación justa y necesaria, está todavía pendiente, más allá de la tradición oral, para que en lo adelante las nuevas generaciones lo conozcan, no de oído, ni por su sonoro nombre, sino a través de sus valores y los aportes hechos el pensamiento político y la cultura universal. 

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