Colapsos sísmicos fatales y consecuencias penales

En nuestro artículo de la pasada semana nos referíamos a la Orden Ejecutiva recién emitida por el presidente Barack Obama, donde se ordena que todos los edificios públicos de los Estados Unidos, nuevos o en remodelación, sean dotados de lo más&#8230

En nuestro artículo de la pasada semana nos referíamos a la Orden Ejecutiva recién emitida por el presidente Barack Obama, donde se ordena que todos los edificios públicos de los Estados Unidos, nuevos o en remodelación, sean dotados de lo más moderno en ingeniería sismo resistente, a fin de salvar la vida de la gente, y que esa Orden Ejecutiva cobraba mayor importancia por el sismo ocurrido tres días después en Taiwán, con magnitud 6.4, produciendo el colapso de algunos altos edificios habitacionales; y ya este pasado sábado, las autoridades de Taiwán dieron por concluidas las labores de búsqueda y rescate de los ocupantes del edifico Dragón Dorado, derrumbado en el Distrito de Tainán, reportándose que allí murieron 114 de las 116 personas fallecidas por causas del sismo ocurrido una semana antes, sismo que también ha dejado 549 personas heridas.

El derrumbado edificio Dragón Dorado tenía 17 niveles y había sido construido en el año 1994 para albergar 200 apartamentos residenciales y varios locales comerciales, pero llamó a la atención de las autoridades de Taiwán, y de la comunidad geocientífica internacional, el hecho de que un moderno edificio habitacional se derrumbara brutalmente con una simple sacudida sísmica horizontal generada por un pequeño terremoto de magnitud 6.4, sobre todo cuando los rescatistas que llegaron de inmediato para tratar de salvar más de 100 personas atrapadas bajo los escombros tomaron fotografías de latas vacías de aceite colocadas por los constructores dentro de los muros de carga y dentro de las columnas estructurales para “aligerar las cargas muertas” y bajar los costos en concreto, fotografías que fueron publicadas en las redes sociales y en toda la prensa internacional.

Además de las latas vacías, los investigadores de la Fiscalía de Tainán hallaron que “en las primeras plantas del edificio Dragón Dorado se eliminaron varias columnas para crear espacios más amplios y alquilarlos para almacenes de productos electrónicos e informáticos, lo que también pudo contribuir al debilitamiento de los niveles inferiores”, y al derrumbe brutal de la estructura por el esfuerzo cortante generado por las fuerzas sísmicas que se amplificaron por el denominado “efecto sísmico de sitio”, el cual se produce cuando las ondas sísmicas de cizallamiento (Vs) se ven obligadas a desplazarse muy lentamente porque atraviesan suelos blandos, como arena, limo, o arcilla; efecto que nunca ocurre en roca.

La combinación entre el denominado “efecto sísmico de sitio” y las debilidades estructurales de las edificaciones, son causas comunes de colapsos estructurales durante terremotos ocurridos en diferentes partes del mundo, y así lo explicamos en las redes sociales cuando recibimos las primeras noticias de colapsos de edificios por el pequeño terremoto de Taiwán, pero aunque esas explicaciones están sustentadas en criterios científicos, fueron puestas en dudas por ingenieros civiles dominicanos, sin embargo, este pasado sábado la prensa internacional ha publicado que las autoridades de Taiwán ya han confirmado “debilidades estructurales” en el colapsado edificio Dragón Dorado, y que los sismólogos han establecido que “en la especial devastación producida por este sismo ha ocurrido el llamado “efecto de sitio” o amplificación de las ondas sísmicas al pasar por terrenos blandos, como la llanura que separa Tainán del epicentro en Meinung”, donde hay arenas y arcillas.

De inmediato, el responsable de la empresa constructora del edificio Dragón Dorado, empresa que desapareció hace ya muchos años por quiebra financiera, y dos de sus colaboradores, fueron detenidos por las autoridades de Taiwán bajo acusación de “homicidio por negligencia profesional, ya que hay amplios indicios de deficiencias en la construcción, como el uso de materiales de baja calidad y un menor número de estribos en las columnas”.

Es evidente que las autoridades de Taiwán no están dispuestas a pasar por alto, ni dejar sin sanciones penales, a los responsables de una gran tragedia que no es culpa del pequeño sismo, sino culpa de constructores que no entendieron que las fuerzas sísmicas se amplifican en los suelos blandos, y que sobre esos suelos blandos es necesario construir con criterios de sismo resistencia para proteger la vida de la gente, y así evitar tragedias que producen escenas de dolor al encontrar muertos, como ha ocurrido allí, parejas de novios abrazados, esposos abrazados y padres abrazando a sus hijos, todos en un vano intento de proteger la vida de sus seres más queridos, además de familias enteras que han desaparecido, y niños que han quedado huérfanos y sin familiares cercanos.
Las tragedias sísmicas no son culpa de los sismos, sino culpa de malas construcciones que ignoraron la obligatoria resistencia sísmica, principalmente al construir edificios habitacionales, escuelas y hospitales, sobre suelos flexibles, y esas tragedias por negligencias profesionales ya comienzan a producir consecuencias penales.

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