Bogotá. Los colombianos, con las imágenes aún frescas de cuatro uniformados ejecutados por las FARC, marcharon ayer por la liberación de todos los secuestrados.Los sentimientos y razones para marchar o dejar de hacerlo parecían reflejar la polarización del país sobre el tema.
“Pues realmente no le veo ningún objeto a estas marchas puesto que el oponente o sea los guerrilleros no le va prestar atención”, dijo Francisco Pinsacá, un pensionado 75 años, mientras observaba en Bogotá a un grupo de manifestantes con banderines amarillo, azul y rojo, como el tricolor de Colombia.
La idea de las marchas surgió al calor o casi de inmediato de los informes conocidos el pasado 26 de noviembre, cuando las autoridades reportaron que tres policías y un militar que tenían más de una década cautivos por las rebeldes de las FARC fueron ejecutados ese día en una zona del sur del país.