Sabana Toro, San Cristóbal, es una apartada comunidad que preserva una belleza natural que da tranquilidad a sus moradores.Tal vez por esto y por su lejanía de la ciudad, fue elegida por colombianos que presuntamente se dedicaban al tráfico de drogas. La villa, ocupada por los extranjeros, no se ve del camino pero al abrir la gran puerta se deja al descubierto una hermosa casa de dos niveles con una piscina en forma de corazón al frente. Desde una esquina se escucha ladrar a los perros y al seguir caminando, en la profundidad del terreno, un gran estanque llama la atención de todos, pero no tiene peces y su utilidad no está definida por las autoridades.
“La República Dominicana tiene un compromiso vertical contra el narcotráfico y no nos vamos a detener”, precisó el procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, al realizar ayer un descenso al lugar. Indicó que le preocupa que operaciones de narcotráfico se estén dando en el país pero aseguró que se continuará luchando contra este flagelo.
En la referida casa los colombianos Jhon Jairo Roldán Estrada y Ángel Fernando Vargas, fueron apresados el pasado sábado y se les ocupó, entre otras cosas, materiales para el empaque y preparación de narcóticos, una ametralladora, una pistola Glock, y una escopeta, así como municiones de armas de alto poder.
Las autoridades están preocupadas por la incidencia y permanencia de colombianos en el país, en este caso, algunos de los apresados tenían ocho meses viviendo aquí y otro un año.
En la casa se observaron inmuebles nuevos, ropas, maletas y utensilios personales de sus ocupantes. Al fondo, microondas quemados también podrían formar parte de la evidencia.
