Cómo vestir la mesa para la cena del 24

A la hora de vestir la mesa para el día de Navidad, se recomienda huir de la profusión de elementos decorativos y de los complementos excesivamente voluminosos .

A la hora de vestir la mesa para el día de Navidad, se recomienda huir de la profusión de elementos decorativos y de los complementos excesivamente voluminosos .La Navidad es un momento especial del año y la ocasión perfecta para sacar nuestra mejor vajilla a la mesa. Hay mil y un estilos para decorarla, pero muchas veces basta con unos pequeños detalles para conseguir un resultado estupendo.

A la hora de poner la mesa, deberíamos no alejarnos mucho de nuestra forma de ser y estilo de vida. Independientemente del estilo de vida que tenga nuestra familia, siempre hay unas pequeñas normas que nos pueden ayudar a crear un ambiente acogedor que resalte el espíritu navideño. Clásica, nórdica, natural, sofisticada o ‘kitsch’, el estilo de tu mesa debes marcarlo tú y no siempre tiene que ser el mismo. Puedes jugar con el clásico para los días más familiares (24 y 25) y sacar tu lado más ecléctico y original el 31 y Año Nuevo. Lo importante es encontrar la armonía y el equilibrio, eso sí.

El mantel, debe ser de una sola pieza para evitar tonos distintos. Hay que evitar hacer “empalmes” de varios manteles, ya que pueden hacer arrugas que afean y desestabilizan platos, vasos y otros elementos. Unir varios manteles puede dar lugar, en cierta manera, a una pérdida de uniformidad en la mesa, al verse los bordes de los distintos manteles que se han unido o solapado. Un buen mantel debe “colgar” por los lados de la mesa, pero en casos especiales, pueden quedar algo más corto.

En cuanto a la cristalería, opta por un diseño tradicional y sencillo. Conviene evitar aquellas de colores muy llamativos, ya que se corre el riego de dar una imagen estridente ante los invitados. Prefiere piezas transparentes que permitan al comensal apreciar el brillo, el color y los matices propios del vino y de la comida. Utiliza el sentido común para distribuir copas, vajilla y cubertería, adaptándolos al menú que vas a servir, de forma que no haya cubiertos de más, que abarroten la mesa, pero tampoco de menos.

Respecto a los objetos decorativos, deben adornar sin entorpecer la comunicación entre los comensales ni ocupar su espacio. Distribúyelos de manera estratégica, que se note su presencia, pero que no molesten a lo largo de la velada. Es preferible emplear detalles, como candelabros o centros de mesa de diseños bajos que no obstaculicen los movimientos de los comensales. Buscar una gama de tonalidades armoniosas entre sí también ayuda. Los rojos, verdes, dorados, ocres y blancos son por excelencia los colores de la Navidad y con los que más se juega. 

La iluminación es clave
Las velas no suelen ser un elemento decorativo demasiado utilizado en una mesa de casa, ya que suelen asociarla a una mesa muy ceremoniosa y protocolaria, sin embargo, cuando llega la Navidad estas son necesarias por lo que se alzan como una de las protagonistas en la mesa y  la decoración. Es bueno utilizarlas en cualquier época porque encienden y brindan un ambiente de tranquilidad, ayudan a eliminar el humo, muy habitual cuando se permite fumar en la mesa, y sobretodo, ofrecen una iluminación especial. 

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