El presidente Danilo Medina, al rendir cuentas al país el pasado jueves, día de la Independencia Nacional, reafirmó su compromiso con la educación de los dominicanos, que es como decir con los esfuerzos de superación humana. Es donde el mandatario lució más comprometido. Y no es que no ponga empeño en las otras áreas, sino que es más que evidente que su gran apuesta es la educación, sobre tres o cuatro pilares fundamentales.
Medina parte de una idea preconizada hace tiempo, mucho antes de que le tocara ejercer el poder desde la primera magistratura, y es su convicción de la obligación de combatir la exclusión social y alcanzar la equidad como clave de “la revolución social necesaria y posible en la República Dominicana de nuestros días”.
Y el camino que hace viable esa aspiración es la educación. Y en esa dirección ha convertido su aprobación al 4% para el financiamiento en “bandera propia”. Con su accionar se la arrebató a sus sustentadores iniciales. Es muy visible que lidera ese empeño.
Es decir, ha brindado los recursos que se han convertido en infraestructuras o escuelas en toda la geografía dominicana. Asimismo, aplicó una nivelación salarial que representa un aumento de no menos de un 30% de los ingresos de los maestros.
El objeto central, la médula del empeño, la constituye la población estudiantil, en favor de quienes se está montando el sistema de la jornada extendida, con base al suministro de alimentación y servicios esenciales como uniformes y libros. Paralelamente, con el subsidio escolar, a través del programa Solidaridad, se estimula entre familias carenciadas el deber de mantener a los muchachos en la escuela, para disminuir el riesgo de la deserción.
Pero hay que resaltar que la mejor manifestación del afán presidencial por la educación lo sintetiza el programa de alfabetización. Su emotivo llamado debe servir para que más dominicanos contribuyan a incorporar a las letras los más de 300 mil iletrados.
Satisface ese empeño, pero de nada valdría si a los ya mínimamente alfabetizados no se les empuja más allá.