Con la escogencia el pasado domingo de la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, para que nuevamente lo acompañe en su próxima gestión de gobierno, el presidente Danilo Medina acaba de anotarse un punto más en su ascendente y exitosa carrera política.
Se trata de una decisión que, más allá de una estrategia político-electoral para conquistar el voto femenino, es el cumplimiento fiel de la palabra empeñada del primer mandatario, de dar a la mujer dominicana el lugar que por muchos años le ha sido negado en los espacios de toma de decisión.
El Presidente entendió que la doctora Margarita Cedeño de Fernández ha jugado un papel de primer orden como servidora pública comprometida e identificada con los sectores más vulnerables de nuestro país.
No resiste discusión alguna que Danilo Medina ha sido uno de los gobernantes que más énfasis ha hecho en el desarrollo de la mujer. Y ahora como jefe de Estado ha sido un gran promotor de esas ideas, defendidas a capa y espada a favor de garantizar el sitial que exige y merece la mujer dominicana.
Sin embargo, al margen de los grandes esfuerzos que realiza para impulsar el desarrollo equitativo de la mujer dominicana, me permito hacer algunas observaciones de los puntos que considero deben continuar en el próximo gobierno de Danilo Medina.
Y quiero referirme fundamentalmente a dos vertientes, por considerar que de esta forma me sumo a la preocupación exteriorizada por amplios sectores de nuestra sociedad. Hablo del flagelo de los feminicidios y del galopante aumento de adolescentes embarazadas.
Cada día, los medios de comunicación registran los más atroces sucesos de mujeres muertas o golpeadas de manos de sus parejas sentimentales. Las causas varían según las circunstancias sociales, económicas y hasta culturales de las víctimas envueltas en estas tragedias.
Entiendo que cuatro años de un segundo gobierno encabezado por Danilo Medina serán aprovechados para robustecer las políticas puestas en marcha, con el objetivo de romper con esta racha de muertes y martirios de todo tipo a las que diariamente son sometidas cientos de mujeres en todo el país.
Seguir avanzando en la ruta de creación de empleos, fomento de capacitación técnico y profesional y mayor incentivos a los sistemas de protección estatal de mujeres víctimas de cualquier forma de maltrato, son decisiones que aseguran al presidente Medina la gran oportunidad de dejar su impronta en la defensa de este segmento poblacional.
El otro aspecto en el que debe seguir primando la mirada sabia del presidente Medina, es la adolescencia y su condición de riesgo permanente ante su propia sexualidad. Uno de los episodios que marcan la vida de un adolescente está precisamente vinculado a su vida sexual, porque involucra a muchachas que por inexperiencias propias de su edad quedan embarazadas a destiempo.
Tenemos plena confianza en que el señor Presidente continuará actuando en consonancia con las expectativas que tiene la sociedad dominicana, de seguir avanzando en estos y cada uno de los renglones en los que ha dedicado largas tandas de trabajo para conseguir resultados en beneficio de la población.
Y que bueno que así sea, que el país cuente con un mandatario que ha demostrado con hechos que pone en práctica su talento y sabiduría para encaminar acciones tendentes a garantizar el desarrollo integral de la mujer dominicana.
