Barahona. El distrito municipal Fondo Negro, pueblo eminentemente agrícola y perteneciente al municipio de Vicente Noble, en esta provincia, tiene alrededor de 33 largos años sin el servicio de agua potable, a pesar de que el pasado año el entonces presidente Leonel Fernández inauguró el Acueducto Regional del Suroeste (Asuro) con una inversión millonaria.
En esa ocasión el exmandatario dijo se resolvería la escasez del preciado líquido en la zona, cosa que hasta el momento no se ha materializado.
Así lo dio a conocer el periodista David Ramírez Sánchez, quien asegura que el calvario de esa localidad que tiene alrededor de unos 13 mil habitantes y, está ubicada en el tramo carretero que conduce desde esta ciudad a Azua.
La escasez de agua se inició en el año 1979 cuando el huracán David destruyó el único acueducto que le brindaba el vital servicio, por lo que estos, a partir de ese entonces, se lanzaron a la protesta pública, concluidas en innumerables huelgas y paralización del tránsito por la carretera, lucha que no ha tenido éxito.
A parte de la agricultura, la gente de este pueblo también depende de la pesca y las remesas que envían familiares desde países extranjeros, en especial España.
Ramírez explica que en el 1880, Fondo Negro tuvo sus primeros asentamientos humanos gracias a la llegada de ciudadanos procedentes de la villa de Barahona (para aquella época muchos barahoneros constantemente se desplazaban de un sitio a otro, sin residencia permanente), que atraídos por la fertilidad de la tierra, su cercanía al majestuoso río Yaque del Sur, el verdor de sus árboles y el espléndido aislamiento de la zona, creyeron que era un lugar excelente para vivir de manera tranquila, sin ser detectados, ni molestados.
Para Ramírez, de ahí es que se deriva el curioso nombre de Fondo Negro, porque desde su inicio fue considerado un pueblo apartado, de gentes recelosas, oscuro y casi hermético, el cual al pasar los años y gracias a la construcción de la carretera y la modernidad, lo sacó de su aislamiento, siendo elevado de sección a distrito municipal de Vicente Noble, en el año 2003.
Según el periodista, algo curioso allí es que desde hace varios años sus habitantes gozan de energía eléctrica las 24 horas del día, muchas casas de personas adineradas tienen instalado el servicio telefónico, el internet, televisión por cable satelital y otras maravillas de la vida moderna, pero en el pueblo no existe el servicio de agua potable.
Actualmente el agua que consume la población le llega cada tres y cuatro días directamente del río Yaque del Sur, pero no es agua potable porque no es filtrada con los correspondientes tratamientos potabilizadores. El agua del río es usada para todas las necesidades del hogar, incluso la usan para cocinar los alimentos, pero al no ser purificada, muchos temen que en algún momento se desate en el pueblo brotes epidémicos.
Cuando Fondo Negro cumplió 31 años sin agua potable, un pastor evangélico propuso una singular forma de protestar en contra de tan abominable olvido. Propuso a sus habitantes celebrarlo en las calles pacíficamente, como si fuera una de sus fiestas religiosas.
“Fue así, como un grupo de amas de casas, acompañadas con sus respectivos maridos, marcharon pacíficamente por las polvorientas calles del pueblo con cubos y latas vacías en las manos. Esta marcha llamó mucho la atención de las autoridades que para solucionar el problema provisionalmente, le instalaron una bomba cerca del río mientras supuestamente empalmaban unas tuberías del nuevo acueducto recién construido en el pueblo vecino de Quita Coraza.
Recuerda Ramírez, que en mayo del año pasado el entonces el presidente Leonel Fernández inauguro el acueducto (con una inversión de 32 millones de pesos), pero el agua potable de tan prometido acueducto nunca llegó a los hogares de Fondo Negro.
Dice que hoy los residentes del lugar no ocultan su enfado porque consideran que fueron víctima de un vil engaño, “inauguraron una obra millonaria que ni siquiera sirve para suplir de agua potable al pueblo de Quita Coraza, por eso muchos llaman a esa obra una gran estafa para el Estado”, señaló.
Explica que la única esperanza que tienen los residentes de esa comunidad agrícola es que el INAPA realice unos ensambles con el Acueducto Regional del Suroeste (Asuro), para que el agua potable por fin llegue a los hogares. Mientras tanto, el único negocio que florece en Fondo Negro es el de los camiones que, como hormigas hambrientas, acuden diariamente al pueblo a vender el tanque de 55 galones a 70 pesos.
Muchos residentes de Fondo Negro están convencidos que el día que llegue el agua potable a sus hogares será una de las fechas más recordadas en su historia. Algunos ya han propuesto al cabildo del pueblo declararlo día festivo.