Un asiduo lector de esta columna me escribe para tratar el caso de los conflictos frecuentes en el sector sindical del transporte, a propósito de la prisión de uno de esos dirigentes, y aprovechando que algunas veces hemos tocado el tema. Aunque la comunicación se refiere al caso del sindicalista Arsenio Quevedo, es oportuno insistir en que el Estado no debería dejar a la libre un sector esencial en la vida nacional, pues el transporte es transversal a todas las además actividades cotidianas. La comunicación del lector, doctor Anselmo Félix Chapman, que por su extensión no cabe en este espacio, va al punto principal de la cuestión que siempre ha preocupado a muchos.
Sr. Encarnación:
“Me dirijo a usted con el propósito de emitir una humilde opinión sobre la prisión preventiva del sindicalista Arsenio Quevedo, quien ha sido imputado de sicariato y lavado por parte del Ministerio Público. Quiero hablar en nombre de muchas personas que conocemos al Prof. Quevedo como una persona correcta que nunca se ha visto involucrada en cuestiones legales, por lo que nos ha resultado extraño que se le haya formulado tal acusación.
En nuestra humilde opinión, la acusación contra Quevedo se enmarca en las luchas que se dan en el ámbito del transporte de pasajeros donde sabemos que existe una lucha de intereses que lo menos que buscan muchos de sus dirigentes es mejorar el transporte ni mejorar las condiciones de los propios choferes afiliados a sus sindicatos.
Los usuarios del transporte público somos los más perjudicados con el mal servicio que se da en el concho, pues tenemos que pagar más por un servicio pésimo en el cual ni siquiera se respeta la dignidad de las personas. El señor Quevedo ha estado involucrado en la búsqueda de soluciones para el servicio, y desde la agrupación sindical que dirige ha ideado proyectos que van a enfrentar el deterioro del transporte y dotar a los choferes de mejores unidades para prestar un buen servicio.
Es bueno informarle que la central que dirige Quevedo siempre se ha opuesto a los llamados “paros sorpresas” que terminan afectando a los usuarios, quienes se encuentran que en un momento no pueden llegar a su destino porque los vehículos públicos han sido detenidos sin previo aviso”.
