¿Consolidar posición centroizquierda?

Son organismos internacionales de financiamientos y  regulación económica los que tienen una campaña para superar la pobreza y la desigualdad.

Son organismos internacionales de financiamientos y  regulación económica los que tienen una campaña para superar la pobreza y la desigualdad. El Banco Mundial en su portal digital tiene un diálogo abierto en el cual cuestiona: “¿Qué es la prosperidad compartida?”, y pasa a responderse: “La prosperidad compartida consiste en aumentar los ingresos del 40% más pobre”.

La Cepal se refiere al tema destacando la presión tributaria como instrumento para que los gobiernos tengan los recursos presupuestales para aumentar los ingresos a los más pobres, asumiendo en su beneficio servicios y políticas públicas. El PNUD ha destacado los indicadores de desigualdad y pobreza en los países, casi avergonzando los más precarios, aunque hayan logrado estabilidad y crecimiento macroeconómico. La actividad política hoy en día descansa en indicadores como referentes de desarrollo e igualdad de oportunidades.

Comparemos América Latina y el Caribe con los Estados Unidos y luego Chile y nosotros, veremos, por cifras del 2012, el comportamiento siguiente: América Latina y el Caribe mostraban un producto interno bruto de 5.3 billones de dólares y una población de 581.4 millones de habitantes, con esperanza de vida promedio de 74 años. La pobreza en 27.9% equivalente a 164 millones de personas.

Los Estados Unidos, con un producto interno bruto de 16.24 billones de dólares (más de tres veces) y una población de 313.9 millones de habitantes, con esperanza de vida en 79 años. La pobreza en un 15%, lo cual significa cerca de 47 millones de personas pobres.

Es penosa la situación de América Latina, pero es desolador lo de EE.UU., que teniendo tres veces mayor sus niveles de riqueza tenga tanta pobreza. Chile, su PIB en 269.9 mil millones de dólares, con una población en 17.46 millones de habitantes, tiene 14.4% de pobreza; inferior a EE.UU., y aun así su debate político es hacerle la guerra a la desigualdad.

Nuestro país, con un PIB de 59.05 mil millones de dólares (4.5 veces menor que Chile), una población de 10.28 millones de habitantes y una esperanza de vida de 73 años, nuestra pobreza cuestiona el crecimiento logrado porque se sitúa en 40.1%,  más de cuatro millones de personas.

La desigualdad no es el debate político dominicano, sino el que el Gobierno baje sus gastos y no pretenda impuestos. Un gobierno sin dinero (que los saca de los impuestos) no puede hacer nada por los pobres. El crecimiento y estabilidad macroeconómica no define un rumbo progresista, si no es acompañado de políticas contra la desigualdad. Para combatir la desigualdad los gobiernos deben proceder con impuestos sobre los beneficios de las empresas y no principalmente sobre la clase media y la población, como viene sucediendo. Hoy en día, los regímenes democráticos, mientras más transparentes más obligan a ponerles atención a la mayoría de la población, para elevar sus niveles de calidad de vida, de educación, salud, servicios públicos y bienestar. Mientras más transparente son los procesos, más progresistas serán sus resultados. El PLD tiene abiertas las puertas para consolidar sus posiciones progresistas de centroizquierda.

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