Nunca se es tan bueno como cuando se arrasa con todo lo que está a su paso, pero tampoco se es tan malo como cuando los demás conjuntos hacen lo que se les antoje.
Este Todos contra Todos es una prueba inequívoca, un retrato de esa realidad que se presenta en los deportes, especialmente en el que conocemos como pelota, de que en un momento todo se empareja.
Nadie llegó a la fase de semifondo tan caliente como los Leones del Escogido. Los Tigres del Licey arribaron con un uniforme diseñado en el Polo Norte. Los melenudos al rojo vivo. Los bengaleses con sus bates marca “Iceberg”.
Sin duda que al día de hoy el conjunto más caliente del patio es el dirigido por Nelson Norman. El Escogido sigue en primero y es el que más cerca se encuentra de la clasificación, pero los ritmos han cambiado.
Hombres que en la vuelta regular eran imparables en el plato, actualmente pertenecen al mundo de los mortales. ¡Ah! La pelota, dice un caro amigo.
El mejor momento del Licey no tiene a Juan Francisco dentro de sus protagonistas. Una lesión le tiene fuera de acción. Carlos Triunfel hace honor a su condición de joven prometedor con palos de todo tipo y un guante que no tiene nada que envidiarle a ninguno del circuito.
Los Gigantes han repartido palos en juegos recientes. Su ofensiva ha lucido bien, a pesar de la ausencia de Carlos Peguero, uno de los máximos expositores del garrote en la regular.
Las compensaciones llegan. Esa ley de promedio no falla. Si en Grandes Ligas existiesen ocho lanzadores como Justin Verlander, fuese difícil batear .300. Si en cambio se pudiesen contar 10 cañones como Albert Pujols, ganar 20 juegos fuese una odisea.
¡Ah! La pelota.
Apunte esto
Leo Messi apareció en el 95 por ciento de las boletas para el Balón de Oro, según me informa Félix Disla Gómez… ¿Qué pensaba ese cinco por ciento restante? Son unos bárbaros…Kobe Bryant se tomó muy a pecho que lo colocaran de séptimo en un escalafón de los mejores jugadores…Los grandes no se provocan.
