Los sociólogos José Antinoe Fiallo y César Pérez, el antropólogo Carlos Andújar y el ex jefe de la Policía, Manuel de Jesús Pérez Sánchez, atribuyen los hechos de criminalidad y delincuencia que se han recrudecido en las últimas semanas a la difícil situación económica y al crecimiento de la pobreza que ellos consideran que se registra en el país.
Pérez Sánchez, actual asesor del Poder Ejecutivo en asuntos penitenciarios, expuso que en tiempos de crisis económica, como se vive actualmente no solo en el país sino a nivel mundial, la delincuencia tiene particular presencia en la sociedad.
Consideró que las autoridades deben suplir las necesidades de los ciudadanos, tras señalar que es preciso resolver la crisis a nivel macro por la que atraviesan todos los países.
Mientras, el antropólogo social Carlos Andújar cree que la sociedad dominicana funciona como tránsito de operativos del crimen organizado porque hay delitos que responden a una tecnificación que hace diez años no existía.
Señala que en la descomposición social tiene mucho que ver la impunidad de grupos de poder y que las instituciones responsables de corregir, como la Justicia, no cumplen con su tarea. “Hay una clase política que ha entendido que el dinero vale más que lo ético y todo eso mezclado nos ha producido un cuadro que se hace cada vez más insoportable”, criticó.
A juicio de José Antinoe Fiallo, quien es catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la mentalidad de que lo importante es tener, sin reparar en la manera cómo se consigue, aunque eso implique robar o matar, es un pensamiento que hay que desarraigar de muchos dominicanos.
Coincide Antinio Fiallo con Andújar en que los centros de poder que incumplen su deber de tomar decisiones puntuales en cuanto a seguridad y la debilidad de los movimientos sociales han permitido que la sociedad se torne más injusta y violenta.
De su lado, el sociólogo César Pérez indica que al individuo se le crea un sentimiento de frustración que lo lleva a la delincuencia cuando se le presenta que puede tener una casa fastuosa o un auto de lujo pero no se le ofrece el empleo para que lo obtenga dignamente.
