Santiago. Los niveles de criminalidad y violencia causan alarma en todos los sectores, incluida la Iglesia católica, que exhorta a las autoridades electas a poner el tema en agenda.En un segundo día sangriento en Santiago, ayer fue muerto un supuesto delincuente a manos de la Policía y otro resultó con heridas en ambas piernas. También la población comienza a hacer justicia con sus manos y en lo que va de semana suman cuatro los presuntos maleantes agredidos a palos o muertos por turbas de comunitarios en barriadas de Santiago, víctimas de robos y atracos.
“La violencia que se ha desatado en el país en los últimos meses desborda los límites de la decencia, la cordura y la convivencia civilizada. Hay personas que andan en son de guerra. Ante cualquier discusión desenfundan sus armas para solucionar un problema que puede y debe resolverse con palabras”, expresa la Iglesia católica en la última publicación del semanario Camino.
Comunidades atemorizadas
Tan solo en un operativo realizado por la Policía la noche del miércoles, en comunidades de Cienfuegos, ensanche Libertad, La Otra Banda, ensanche Bermúdez y en el municipio de Licey al Medio y otros puntos de la provincia, fueron recuperadas once armas de fuego, se incautaron de 150 vehículos, varias porciones de drogas y apresadas unas cien personas.
En tanto, un presunto delincuente resultó muerto al enfrentar a una patrulla policial, cuando se proponía penetrar a un negocio a altas horas de la noche en el sector El Ciruelito. El cuerpo del asaltante, de aproximadamente 30 años, permanece en la morgue del hospital regional José María Cabral y Báez, a la espera de ser identificado.
Otro presunto delincuente identificado como Junio Manuel Marte Castillo, de 20 años, resultó herido de bala en ambas piernas.
Piden a las autoridades cambiar panorama
La Iglesia solicita al presidente electo, Danilo Medina, poner como tarea urgente la solución a este fenómeno social. Advierte que las calles no pueden continuar siendo espacios de muerte, por lo que hay que detener la delincuencia y diseñar un plan integral que permita atacarla por todos los frentes. También cortar de raíz las causas que la provocan para que los dominicanos anden sin miedos en las calles.
