En ese caso, tenemos tres opciones: 1) Taparnos la cabeza con la almohada, para aminorar el ruido. 2) Sucumbir ante el abuso de decibeles impuesto por las personas del entorno y aprender a disfrutar esa música que muchas veces nos imponen de manera “sutil” y progresiva. O, 3) Elegir buscar otras alternativas y compartirla… Eso, hasta que el grupo que seleccionó la opción número uno, se reduzca a la menor cantidad posible.

En ese sentido, si en el planeta existen cinco continentes en los cuales existen al menos 193 países reconocidos por la ONU, y en los que hasta el pasado mes de enero había un montón de habitantes—  ah, pero verdad… un montón no es un numero: había aproximadamente 6, 794, 344,812 personas– analicé lo siguiente: ¿Por qué pasar la vida entera escuchando solo lo que nos provee nuestra cultura musical?

No es que subvaloremos nuestra música tropical, sino todo lo contrario: indagando en el mercado de música global, puede que encontremos la respuesta para rescatar el declive en el que tenemos, por ejemplo, al merengue. El punto es el siguiente: hay cientos, miles de opciones de diferentes estilos, de diferentes lugares que podrían interesarte tanto como a mí la música local. Por el momento, lo realmente bueno es que esta generación dispone del mejor mecanismo para conocerla: Internet.

No es promoviendo el uso de la piratería como alternativa. Existen muchísimas páginas en la web a las que podemos acceder de modo gratuito y disfrutar legalmente del menú musical que la globalización provee. Youtube, por ejemplo, es una de las más populares… pero así también, existen muchas emisoras digitales que, incluso, pueden personalizarse al gusto del usuario.

En las columnas posteriores vamos a hacer un recorrido virtual por algunas de ellas y, mejor aún, haremos pequeños recorridos musicales por los continentes; todo, en busca de aquel mundo tan interesante del que la mayoría de nosotros permanecemos ajenos… zarpamos el jueves. Mientras, para calentar oídos, les dejo con esta que se llama Mi swing es tropical, del grupo británico Quantic Orchestra, que hace un duelo instrumental de especie jazz-electrónica estilo funk invitando a Nickodemus. Ya me dirán sus dedos, que comentarán por una orden impuesta por su cuerpo, cerebro y tímpanos, qué tal…

————————————————————————————————————–

Este es un blog que tiene por afán el  indagar sobre el infinito universo de la variedad de ritmos a los cuales podemos acceder gracias a la tecnología. Por ello, el autor accede a compartir sus  aventuras musicales, que vendrán a modo de “MusiTips”, con la esperanza de que sean disfrutados por una comunidad que valora las nuevas alternativas.

¿Quién es Gabriel Gómez?

La vida fonética del autor de esta columna se remonta hacia principios de los 80’s, cuando quedó impactado por la canción A-E-I-O-U  de Glennys Díaz, presentadora de un programa infantil de hace muchísimos años.  Su oreja pasó a ser entonces una fanática asidua (hasta el día de hoy) de los que en la actualidad denominamos “los años dorados del merengue”, y de aquellos otros de la época previa a su nacimiento, en 1979. Su vicio irreparable es la buena música; a tal nivel que, desde su más reciente cumpleaños, este acuariano de acuerdo a las reglas de los signos del zodíaco “se armó” de un piano y se inscribió en una escuela de música para aprender a tocarlo, allí, en la ciudad cibaeña en la que reside.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas