¿Culpable Leonel?

No hay que ser experto en política para darse cuenta que al expresidente Leonel Fernández lo quieren poner a pagar los platos rotos de…

No hay que ser experto en política para darse cuenta que al expresidente Leonel Fernández lo quieren poner a pagar los platos rotos de la actual situación económica del país. Y ciertamente, el doctor Fernández tiene alguna responsabilidad con cualquier detalle relativo a su ejercicio de ocho años en el poder. Pero esos detalles, naturalmente incluyen los elementos positivos producto de su manejo gubernamental.

El informe de la comisión de técnicos del Fondo Monetario Internacional, está siendo  tratado como detonante de una situación conocida.

Se habla del déficit fiscal como la maldición heredada de Fernández, cuando la verdad es que venimos arrastrando este problema desde la fatídica gestión 2000-2004.

¿Acaso la asignación de subsidio al sector eléctrico es asunto sólo de la gestión de Fernández? ¿Es Fernández el pionero en la firma de acuerdos con el FMI para enderezar aspectos de la economía dominicana?

La misión del FMI, que ha dicho que la “situación fiscal de RD no está fácil” es la misma que confirmó que la economía dominicana creció 3.8% en el primer semestre de este año. Esos mismos técnicos reconocieron que la inflación está prácticamente en el suelo y que la demanda interna, producto del proceso pre y post electoral, medido a través del crédito, había disminuido.

Lo de la reforma fiscal anunciada y que está planteada como si fuera la tabla de salvación de un “supuesto desastre”, tampoco es nuevo. Es más, cada gestión de gobierno ha traído la suya debajo del brazo; por lo que llama la atención el tremendismo con que se está abogando por ella con un lenguaje culposo hacia Fernández, incluso utilizado por los mismos parciales de su partido que han llegado al Gobierno.

Por eso valoro como justas las palabras del gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, cuando dijo: “Los dominicanos debemos tener fe en el Gobierno y debemos apostar, como siempre lo hemos hecho, al futuro de nuestro país con optimismo; desterrar de la agenda el pesimismo. No nos vamos a pasar otros cuatro años escuchando voces agoreras que presagian desastres y crean incertidumbre cuando la inversión extranjera en nuestro país ha sido una de las mayores en América Latina y el riesgo país, que es donde se mide el grado de aceptación del inversionista extranjero, todavía se mantiene en niveles muy bajos, que yo diría que hay apetito por los papeles o bonos del tesoro dominicano”.

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