¿Cumplirá Medina su palabra?

En la medida en que el calendario se acorta para que Danilo Medina asuma la presidencia de la República, surgen voces llamando a que no se le…

En la medida en que el calendario se acorta para que Danilo Medina asuma la presidencia de la República, surgen voces llamando a que no se le presione y que se le deje gobernar con tranquilidad.

Las argumentaciones en ese sentido hacen ver al presidente electo como si fuera un pobre infeliz al que se le ha impuesto como castigo cargar una cruz tan pesada que nos obliga a convertirnos en cirineos y exponernos a coger una hernia con tal de alivianar la carga de Danilo. Pues no. Él le cayó atrás a la cruz. Se preparó. Argumentó. Compitió. Y ganó. La cruz le pertenece por derecho. Él debe cargarla, arrastrarla, sudarla. Así como se la ha gozado. Así como habrá de disfrutarla en el esplendor del poder.

Corresponde a los gobernados hacer ciudadanía. Demandar, denunciar, reclamar el cumplimiento de promesas repetidas mil y una vez.

Lo sensato es no hacer recomendaciones gratuitas y hasta graciosas al presidente electo. Lo sensato es dejar que él aplique las recetas que por años ha ido elaborando en el librito que ofertó a casi 10 millones de criollos que en menos de cinco meses se lo cogimos fiao al módico precio de unos ocho millones de pesos cada uno.

Dirán que reflejo un tipo dolido. ¡Pues sí! Me duelen muchas cosas, como que no haya sombreros para tantas cabezas. O que mientras más cerca del gobierno el Mercedes 600 de Danilo no acelere tanto.

Danilo es un pragmático. Y temo que su pragmatismo se parezca a lo que me dijo en Massachussets, Estados Unidos, un dominicano juez de paz en la ciudad de Lawrence mientras viajábamos a Salem, cuando ante un pedido suyo le dije que había asumido otro compromiso: “Un hombre compromete su palabra para cumplirla si le conviene y para no cumplirla si también le conviene”.

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