Santiago. El cura polaco Wojciech Gil, acusado de agredir sexualmente a varios menores, en la comunidad de Juncalito, atribuye las denuncias a una campaña de grupos molesto por la lucha que libró contra sectores ligados a las drogas.En comunicaciones escritas con el periodista José Ernesto Devárez hijo, el padre Alberto, como era conocido, dijo que su única culpa fue la infinita confianza y en la lucha por un Juncalito mejor. Indicó que después de crear el grupo Unión Fuerza Seguridad, en esa comunidad, recibió varias amenazas.
También expresó que después de crear el cuerpo de seguridad desaparecieron el el ruido y las drogas.
“Ahora también mi propia vida está en la ruina. Pero aunque ahora soy el perro más perseguido, por siempre tú será para mí como un hermano”, expresó vía correo electrónico para justificar su decisión de permanecer en la ciudad de Cracovia, en su natal Polonia.
