Contrario a lo que se aprecia desde la opinión pública, el proceso de Rediseño Curricular llevado por el Ministerio de Educación ha contemplado debidamente la implementación de la política de Tanda Extendida en las escuelas públicas del país. A tales fines, se estudiaron modelos de organización y distribución del tiempo en las escuelas de algunos países con tradición de jornada completa, y se compararon experiencias como las de Uruguay, Brasil, Colombia y Argentina.
En algunos de estos modelos, se reserva el tiempo de la mañana para trabajar las áreas académicas del currículo y en las tardes se desarrollan actividades y proyectos deportivos, artísticos, etc. En otros modelos, como es el caso de Uruguay, se opta por una redistribución del tiempo que refuerza los componentes académicos; siendo éste el modelo que se ha asumido en nuestro país para la distribución del tiempo estipulado y así está consignado en el Rediseño de los Niveles Inicial y Primario.
De las 40 horas semanales del horario de Jornada Extendida, 36 se han distribuido entre las áreas curriculares y 4 se han reservado para cursos electivos (deportes, artes, idiomas, entre otros).
En fin, sí podemos asegurar que hemos completado con relativo éxito la propuesta teórica que sustenta las inversiones y los cambios educativos en República Dominicana, pero preocupa la implementación de ese currículo, en tanto no se articulen debidamente otros elementos del Sistema, que pueden confligir con el norte fijado por el Rediseño Curricular.
En particular, el modelo pedagógico y el horario socializado con los docentes en la práctica, han creado cierta confusión en la escuela y, eventualmente, pudieran limitar el logro de las competencias fundamentales y específicas establecidas en el Currículo.
El modelo pedagógico privilegia unos procesos de planificación compleja, que requiere conocimiento y apropiación, no solo de las disciplinas que se enseñan, sino también de unos mínimos socioculturales que muchos de los maestros no han adquirido; asímismo, se promueve un horario escolar con unos tiempos pedagógicos organizados con intenciones y etiquetas que no invitan al orden en la escuela, que no explicitan qué vamos a enseñar, cuando sabemos que las asignaturas y sus contenidos son los mediadores de aprendizajes significativos.
Esta articulación de fines y medios se hace necesaria de parte del Ministerio. l
