Danilo, armas y seguridad ciudadana

Tener políticas claras y tomar acciones contundentes en materia de seguridad ciudadana es uno de los principales retos del nuevo gobierno. Y…

Tener políticas claras y tomar acciones contundentes en materia de seguridad ciudadana es uno de los principales retos del nuevo gobierno. Y es que la delincuencia ha limitado hasta nuestro derecho a la libertad de tránsito, pues tememos salir a las calles, incluso con el amparo del sol.

Si bien es cierto que el problema es más social que legal (analfabetismo, desempleo, falta de oportunidades, etc.) hay aspectos que debemos enfrentar con energía para mantener la paz y el respeto a la ley. Uno de ellos es tener criterios adecuados en todo lo relacionado con el comercio, porte y tenencia de armas de fuego, realizando las modificaciones que sean oportunas a la añeja Ley 36 que rige la materia.

Lo triste es que desde los círculos congresuales, desde hace años,  sólo se amaga y no se toma la decisión para mejorar la indicada normativa y adaptarla a nuestra realidad.

Acabo de leer un informe de la organización Small Arms Surveym, estableciendo que América Latina y el Caribe (21 de los 23 países) superan por mucho la media mundial de homicidios con armas de fuego, que se sitúa en el 42 %, con solo Cuba y Surinam por debajo de ese porcentaje.

Refiriéndose a países como el nuestro, señala que parece existir un vínculo estrecho entre la tasa nacional de homicidios y los porcentajes de los perpetrados con armas de fuego.

Quienes andan con arma de fuego tienen dos veces más posibilidades de morir por arma de fuego que las personas desarmadas, y 16 veces más probabilidades de suicidarse. En nuestro caso, es algo cotidiano su uso en hechos de sangre relacionados con la violencia o la delincuencia común.

Todos los días nuestra prensa destaca asesinatos, asaltos a mano armada y hasta duelos a pistolazos limpios, como en el viejo oeste estadounidense. Para muchos, tener un arma de fuego es sinónimo de prestigio. Si alguien se saca el premio o recibe unos chelitos, lo primero que compra es una pistola o un revólver, aunque no tenga luego qué comer o no pueda pagar la educación de sus hijos.

También una muestra de que se está en el poder es llevar un arma al cinto. Hay personas que se mudan de partido político a cambio de uno de estos aparatos. Otros prefieren que en su trabajo les asignen un arma a que les aumenten el salario. Con las armas de fuego se hacen transacciones, como si fuera dinero.
Nuestro presidente Danilo Medina tiene experiencia de Estado y conoce al dedillo nuestros problemas. Estoy convencido de que trabajará duro para que impere la seguridad ciudadana, motivando entre los suyos que se modifique la arcaica Ley 36.

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