El presidente Danilo Medina, la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández y la primera dama, Cándida Montilla de Medina, asistieron ayer al tradicional tedeum, en ocasión al 170 aniversario de la Independencia Nacional.La ceremonia, realizada en la Catedral Primada de América, fue oficiada por monseñor Amancio Escapa, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, quien exhortó al Gobierno y a la ciudadanía a trabajar juntos para disminuir y/o eliminar los males que afectan la República Dominicana, citando entre ellos, la violencia, la delincuencia, la inseguridad y la corrupción.
“Mucho se está haciendo, pero todavía no se ha hecho todo. Esos son algunos de los retos, no son todos ni exclusivos, pero hay que tenerlos en cuenta como orientación en la búsqueda de soluciones”, dijo el prelado, quien subrayó que para tener una patria más justa y equilibrada y ver el futuro con optimismo. es necesario que los gobernantes y los gobernados destruyan los muros que los dividen y construyan puentes que los unan en la búsqueda del bien común.
Escapa pidió a la ciudadanía no ser meros espectadores sino a convertiste en protagonista de los cambios que se necesitan. Rogó a Dios ayuda para que cada quien haga lo que tiene que hacer para lograr un mundo mejor. “Juntos tenemos que luchar por hacer una patria mejor, libre de odios y de rencores, de violencias y de injusticias, de hipocresías y falsas promesas, de egoísmo e intenciones oscuras y de muertes sin sentido”, dijo.
El tedeum inició 40 minutos antes de lo previsto, específicamente a las 12:35 de la tarde con la llegada del mandatario, quien se dirigió a la Catedral desde el Congreso Nacional. El adelanto del acto religioso, que estaba pautado para la 1:15 de la tarde, provocó que el mismo se desarrollara con casi solo la mitad de las personalidades que estaban invitadas. Decenas de asientos se quedaron vacíos.
Medina deposita ofrenda en el Altar de la Patria
Tras participar en el tedeum, que terminó a la 1:20 p.m, el mandatario se dirigió al Altar de la Patria, donde depositó una ofrenda floral en el mausoleo de los padres y fundadores de la nación junto a los mismos funcionarios que lo acompañaron en el oficio religioso. Allí le esperaban cientos de ciudadanos con reclamos y peticiones, entre ellas, nombramientos, empleos y viviendas.
