De Lolita a Lola cuando la genética empieza por la música

Lolita Flores no necesita valerse de un escenario pomposo para deleitar a su público. Su figura y sus canciones son más que suficientes. Durante su presentación el sábado, la cantante española hizo gala de la pasión, dulzura e intensidad que la han

Lolita Flores no necesita valerse de un escenario pomposo para deleitar a su público. Su figura y sus canciones son más que suficientes. Durante su presentación el sábado, la cantante española hizo gala de la pasión, dulzura e intensidad que la han caracterizado durante más de tres décadas en el arte.

Desde que hizo su entrada, a las 9:05 de la noche, a la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, con su primer éxito musical “Amor, amor”,  el público la recibió con algarabía y aplausos, en un escenario que nunca antes había pisado.

En sus primeras palabras de agradecimiento adelantó que tenía preparado un exquisito repertorio para que los asistentes disfrutaran del concierto, pero de una forma muy jocosa  dijo que  “si notan que se me olvidan algunas letras me ayudan”. No tardó mucho en aclarar que aunque su pie derecho estaba “muy lesionado desde algunos 20 días”, tenía muchas ganas de poder moverse.  Y lo logró de una forma impactante, pues al finalizar la velada “el sano (pie izquierdo) fue el que terminó doliendo”, dijo.

Y así inició un homenaje que se dedicó a sí misma, por sus 35 años de carrera, al considerar que “simplemente no hay que estar muerto para que le hagan homenajes a uno”. Luego ofreció  tres tributos a “los tres ángeles de su carrera”: su madre Lola Flores, su padre Antonio González y su hermano Antonio Flores.

Con sus deslumbrantes  pasos gitanos, dentro de un bien logrado performance, comenzó su propia dedicatoria, la cual estuvo conformada por canciones como “Qué será de mí”, “No renunciaré”, “Lo voy a dividir”, “No, ahora no”; con esta última reveló que le trae recuerdos de cuando ella y su familia solían jugar Black Jaque  después de cada concierto, “además de ser la frase de muchas parejas cuando están disgustadas”.

Con mucha nostalgia cerró interpretando su éxito “Pena, penita, pena”, la cual fue una de las más coreadas por el público.

En el homenaje a su  madre, dio la apertura con la  canción  “A tu vera”, la cual solía cantar con esta  y con su hermana. La artista dijo que “es difícil cantarla sin las dos personas que la interpretan conmigo”, pero gracias a la tecnología en el escenario pudo unir las voces.

Para finalizar esta parte del homenaje, la también actriz eligió “Un Camino de Flores”, compuesta por el escritor Antonio Martínez Salas para la fallecida Lola Flores, a solicitud de Lolita, quien declaró  que la canción salió tal y como ella le describiera su madre al autor.

En realidad la artista no tenía 30 años de ausencia en el país, había asistido hace unos meses a un concierto en Casa de Campo, junto a su hermana Rosario Flores.

En sus aguas

Julia Bermejo fue quien dio apertura a la velada con una selección de varias canciones, entre ellas “Ya no estás”, que están contenidas en su disco de debut que presentará en los próximos meses. Apoyada de varios bailarines en escena y haciendo gala de su pasión por la moda, la cantante presentó buenas credenciales en el Teatro Nacional ante el público de Lolita Flores.

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