Debe irse al fondo

La procuradora fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso lanzó graves acusaciones contra la jueza Margarita Cristo Cristo, del Cuarto Juzgado de la Instrucción de esa jurisdicción, cuando se conocía una instancia presentada por los abogados&

La procuradora fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso lanzó graves acusaciones contra la jueza Margarita Cristo Cristo, del Cuarto Juzgado de la Instrucción de esa jurisdicción, cuando se conocía una instancia presentada por los abogados del ex ministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, para que la investigación que se realiza sobre su desempeño en esa dependencia sea archivada. Son tan fuertes que no deben quedarse en el aire.

Y son tan obvias que no requieren explicación. Simplemente, comprometen la integridad de la magistrada Cristo Cristo. “Nosotros presentamos una recusación con pruebas de que la jueza fue designada para archivar ese proceso, su imparcialidad está comprometida”, dijo la fiscal Reynoso.

En los tribunales, los abogados suelen decir muchas cosas, a veces fuertes, pero rara vez, una autoridad, el ministerio público, habla en términos tan comprometedores sobre la conducta de un o una magistrada, que tocan su integridad personal.

Lo primero es que la fiscal afirma que la jueza “fue designada para archivar ese proceso”, lo que sugiere un estado de complicidad de quienes le asignaron el caso. Segundo, afirma asimismo que “su imparcialidad está comprometida”, lo que supore que riñe con su condición de jueza, y en consecuencia, no debe estar en el tribunal.

Más aún, la fiscal Reynoso ha dicho que la jueza Cristo Cristo ha tomado decisiones en casos graves que tienen que ver con la violación de la ley de drogas, y en consecuencia, que las mismas no han estado enmarcadas en los cánones propios de su investidura.

Y ni hablar de las graves declaraciones en la audiencia, a puerta cerrada, que fueron más allá de lo personal, en las cuales revela que ha pedido a la Suprema Corte de Justicia que la investigue por su desempeño.

Como decíamos al principio, este caso amerita que sea llevado hasta el fondo, con todo y cierto sesgo personal y algunos trazos pasionales, lo que no deja de ser igualmente gravoso, por el hecho de que la persecución judicial no puede estar marcada por esa clase de actitud.

Otras agravantes las dejamos en la privacidad de la instrucción. l

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