Deben hacer algo

Aún en las horas finales del 2015, la inseguridad sigue marcando nuestras vidas. A veces percibimos progresos, cuando pasan 30 días, por citar un período, sin que se produzcan hechos que van más allá de la violencia “de la sociedad”, como…

Aún en las horas finales del 2015, la inseguridad sigue marcando nuestras vidas. A veces percibimos progresos, cuando pasan 30 días, por citar un período, sin que se produzcan hechos que van más allá de la violencia “de la sociedad”, como suelen llamar los responsables de garantizar la paz a los hechos que no forman parte de la delincuencia.

Los ciudadanos tienen necesariamente que cargar su sique con el factor riesgo, el que se corre cada vez que se sale de la casa. Y es que esa violencia contra inocentes o entre los propios criminales, no discrimina personas, lugares o sectores.

¿Cómo es posible que una zona de paz, por su naturaleza, por su uso, de esparcimiento para toda clase de personas, esté siendo ensangrentada de esta forma? El lunes fue lo que aparenta ser el lanzamiento de un cadáver o la ejecución de un crimen en el Parque Mirador Sur, de una persona que por las declaraciones de su propio padre, un mayor de la Policía, aparentemente andaba “en malos pasos”. Este mismo mes, el día diez, un funcionario de Claro fue acuchillado mortalmente en el mismo parque. Más aún, son rutinarias las quejas y denuncias de ciudadanos que no se aventuran a caminar, parquear, descansar o sentarse en ese lugar de esparcimiento por temor a ataques o porque han sido asaltados.

Todo se le carga a la Policía que no hace bien su trabajo. Pero el Mirador también debía quedar bajo un sistema de seguridad que debe proveer la dependencia pública que lo tiene a cargo, que es el Ayuntamiento del Distrito Nacional. Pero igual pasa con otras zonas verdes desoladas y a oscuras, como la situada a la salida de la región Norte, en el kilómetro 9 de la carretera Duarte.

Ya sabemos que la violencia criminal parece inevitable, y las autoridades nacionales no han podido con ella, pero hay otras competencias administrativas que deben adoptar previsiones para que determinados lugares y zonas de la ciudad, por su destino y ubicación, estén libres de acciones violentas. Seguras para el disfrute de todos.

Tienen que hacer algo.

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