La defensa de la RD

La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) y la Corte vinculada, han puesto a la República Dominicana en la agenda del Continente como violadora de derechos. Han encontrado voces de criollos que las aplauden, y también, quienes les&#8230

La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) y la Corte vinculada, han puesto a la República Dominicana en la agenda del Continente como violadora de derechos. Han encontrado voces de criollos que las aplauden, y también, quienes les han dado merecidas respuestas. Pero la Nación no había tenido la oportunidad de elevar su voz en el mismo seno de la casa que la cobija con la calidad que lo hizo Leonel Fernández.

Quienes lo invitaron a la Cátedra de la OEA, no adivinarían lo que tendrían por delante. El tema no podía ser más oportuno: “La OEA: Democracia y Derechos Humanos”, en medio de la encrucijada a que la Tremenda Corte ha llevado el crédito del país.

En el escenario de la OEA, el ex mandatario puso en claro que la Corte IDH se ha extralimitado en sus facultades y funciones cuando pretende que República Dominicana elimine de un plumazo su Constitución y todo el andamiaje jurídico institucional que son la base del Estado nacional, de modo que pasemos a ser apenas un conglomerado humano difuso, una caricatura de país.

El planteamiento de Fernández, de que con su sentencia esa Corte cae en “una situación de deslegitimación y crisis de confianza ante los Estados que, como la República Dominicana, voluntariamente y de buena fe decidieron ser partes del Sistema Interamericano, como forma de garantizar el pleno ejercicio de los derechos fundamentales por parte de los ciudadanos”, tiene mucho sentido político.

La Corte IDH no sólo ha afectado la imagen dominicana, sino que ella misma se ha descarrilado. Bajo las pasiones, ensoberbecida, alimenta la tendencia a su descalabro, en medio de un creciente movimiento regional que aboga por un nuevo organismo que recoja con mayor propiedad los intereses y las visiones de los pueblos y Estados soberanos.

Y es que esa Corte, como algunos dominicanos insensatos, no termina de entender que en República Dominicana los derechos humanos no están en riesgo. Sufrimos una migración masiva ilegal, que debe ser regulada por la legislación nacional, en atención a los atributos de un Estado soberano.

Fernández hizo una hidalga y sabia defensa de la República.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas