Definitivamente más sofisticada

Desde inicios del 2012, la economía dominicana comenzó a mostrar un crecimiento más bajo debido al estancamiento de la economía mundial. El elevado gasto público que tuvo lugar durante la primera mitad del 2012, hasta cierto punto…

Desde inicios del 2012, la economía dominicana comenzó a mostrar un crecimiento más bajo debido al estancamiento de la economía mundial.

El elevado gasto público que tuvo lugar durante la primera mitad del 2012, hasta cierto punto evitó que nuestra economía mostrase un crecimiento menor al 3.8% que exhibió en ese período.

El Banco Central (BC), que venía monitoreando la delicada situación de la economía mundial, estaba consciente que el fuerte dinamismo que mostraba el gasto público en enero-mayo del 2012 se debía a la campaña electoral.

Por eso, una vez concluidas las elecciones, procedió a reducir la tasa de interés que paga a las entidades financieras por su sobrante de liquidez depositado en el BC, la llamada tasa de política monetaria (TPM) a través de la cual el ente emisor afecta los niveles de liquidez con el objetivo de incidir sobre las tasas de interés.

La TPM fue reducida de 6.75% a 6.00% en junio del 2012; de nuevo a 5.50% en agosto; y a 5.00% en septiembre. 

A partir de septiembre del 2012, el Gobierno contrajo  marcadamente el gasto público. A este esfuerzo se agregó la reforma tributaria a partir de enero del 2013. Las finanzas públicas se movieron de un escenario de déficit cuantioso (-RD$52,954 millones)  en enero-mayo del 2012 a uno de déficit reducido (-RD$11,384 millones)  en el primer cuatrimestre del 2013.

Como era de esperar, frente a una reducción tan pronunciada del déficit, el crecimiento de la demanda agregada se desaceleró considerablemente.  En ausencia de aumentos en los componentes externos de la demanda agregada, el PIB no tenía más opción que ingresar a un estadio de crecimiento nulo en el primer trimestre del 2013 (0.3%).

Esta situación llevó al BC a lanzar su arsenal de medidas para promover el crédito y liquidez. En mayo del 2013 redujo la TPM a 4.25%.  Luego anunció la liberalización selectiva de encaje por un monto de RD$20,000 millones.

También  la flexibilización de las normas para los préstamos a deudores menores. Eso explica la expansión de 14.4% del crédito de los bancos y demás entidades financieras en los últimos 12 meses.

La reducción de la TPM y las demás políticas de flexibilización cuantitativa provocaron una reducción de las tasas de interés. Las tasas sobre depósitos y certificados financieros han caído marcadamente desde mayo del 2013, moviéndose entre 2% y 5% dependiendo del plazo.

Con una inflación anual que desde marzo rondaba el 5%, las tasas de interés reales rápidamente se harían negativas.  A partir de junio, la tasa real de interés sobre certificados financieros a un año fue negativa en 0.33%; en julio también, -1.30%.

El perfil expansivo adoptado por la política monetaria se inició en el mismo momento -mayo del 2013-, en que el Gobierno Central toma la decisión de dinamizar la economía a través de un fuerte aumento en la inversión pública.

Ambos estímulos, el monetario y el fiscal, tienen consecuencias en economías pequeñas abiertas:  depreciaciones de la moneda y pérdida de reservas.  Más aún, si en la principal economía del mundo, su banco central envía señales de que el fin de la Flexibilidad Cuantitativa se aproxima, provocando aumentos en las tasas de interés y apreciación del dólar. 

La reversión del flujo de capitales desde las economías emergentes hacia la principal economía del mundo ha inducido depreciaciones significativas de las monedas de la  India, Malasia, Turquía, Indonesia, Brasil, Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Chile y  Perú, entre otros. Los bancos centrales de las economías emergentes, tratando de contener la devaluación, han perdido US$153,000 millones de sus reservas desde junio del 2013.

RD no ha sido la excepción.  El peso se ha devaluado casi 6% en lo que va de año.  El sábado pasado estaba a RD$43 por dólar, el nivel previsto para diciembre del 2013. Las reservas del sistema bancario consolidado (Banco Central, bancos múltiples y demás entidades financieras) han descendido en US$800 millones desde abril del 2013.

Ya el Banco Central de Turquía tomó la decisión de aumentar las tasas de interés.  El nuestro tendrá que hacer lo mismo más temprano que tarde, si quiere evitar más depreciación del peso, más pérdida de reservas o ambas.

Lamentablemente, como indicó hace un tiempo Prsemek Gadjeczka, nuestra economía hoy día es más sofisticada. La baja en las tasas de interés inducida por el BC desde mediados del 2012, provocó un  aumento en los precios de los bonos de Hacienda y los Certificados de Inversión del BC. El bono 2023 de Hacienda ha aumentado su valor en 22% de marzo a agosto del 2013; el CI110119 del BC ha subido el suyo en 39% desde febrero del 2012. 

Dado que las APFs han invertido en títulos de Hacienda y del BC, ya se entiende el aumento de la rentabilidad de todos los fondos de pensiones como consecuencia de la política monetaria adoptada por el BC.  Debemos estar preparados para una caída de la rentabilidad de los fondos de pensiones cuando el BC decida aumentar sus tasas de interés.  O ajustamos el precio en pesos de los bonos o la devaluación ajustará su valor en dólares. l

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