No dejes que te atrape la depresión navideña

La llegada de la Navidad y el fin de año fechas que a la mayoría de las personas les llena de alegría. Sin embargo, otras suelen sentirse débiles y tristes experimentando lo que se conoce como depresión navideña.

La llegada de la Navidad y el fin de año fechas que a la mayoría de las personas les llena de alegría. Sin embargo, otras suelen sentirse débiles y tristes experimentando lo que se conoce como depresión navideña.Mientras que unos se pasan buena parte del año pensando en esos días para volver a reunirse con toda la familia, disfrutar de las comilonas, e intercambiarse regalos; otros pueden llegar a sentirse realmente mal sólo con recordar esa “obligación” de celebrar algo cuando, en cierto modo, no tienen nada que festejar. A esto, evidentemente, hay que sumarle el estrés que provoca tener que cumplir con toda la familia y el trabajo extra que supone para muchos el cocinar platos especiales al gusto de todos y tener que pensar la manera de acertar con los regalos de los demás.

¿Pero, por qué resultan unas fechas complicadas? Algunas personas, cuando se acercan estas fechas pueden sentirse inusualmente tristes y decaídas. Esto, en términos psicológicos, se ha bautizado como depresión de Navidad o “blueness” (que se va el espíritu) , y según Jisselle Espinal, coach,  motivadora  y propietaria de la empresa PM&B Consulting Group, cada vez es más común.

Según especialistas de la salud mental, la depresión en esta temporada del año ocurre por no saber cómo expresar afecto, lo que conlleva a querer demostrarlo haciendo gastos innecesarios que en muchas ocasiones acarrean más problemas, sobre todo ante problemas económicos, o bien porque las personas se crean altas expectativas en lo que se les va a regalar y al no cumplirse se sienten tristes y decepcionadas. En algunos casos puede ser porque las personas tuvieron en su infancia malas experiencias antes y/o durante las fiestas, así que se encuentran predispuestos a pasarla mal.

El dolor aflora

Otra razón de acuerdo con Espinal es que los recuerdos de navidades y años nuevos anteriores se apoderan de nuestra mente, recuerdos que fueron muy dolorosos para nosotros: una enfermedad, el rompimiento de relaciones amorosas o amistosas, la lejanía de un ser querido, cambios de localidad, pérdida de trabajo, etc. El hecho de revivir esos recuerdos hace que volvamos a experimentar las mismas emociones que sufrimos en su momento, provocando que en algunos casos sobrevengan las depresiones.

En especial durante Navidad y Año Nuevo recordamos con más anhelo a los seres queridos por el tiempo estuvieron con nosotros, su ausencia se nota más, y por consiguiente, el vacío que sentimos es mucho mayor. “Asimismo, los autobalances que hacemos a finales de año, también suelen recordarnos que, en ocasiones, no se ha logrado lo que se pretendía, motivo más que suficiente para poder sentirse a disgusto con uno mismo. Por último, la crisis que actualmente estamos viviendo y los cambios de la nueva  reforma fiscal, también puede suponer una pérdida de ánimo de cara a la Navidad”, sostiene la experta.

Síntomas de la depresión navideña

Tristeza y melancolía, nostalgia exagerada, frustración al no contar con lo que supuestamente otros sí tienen, aislamiento, amargura, pensamientos negativos y apatía ante los festejos de esta época, son algunos de los síntomas de la depresión que se presenta en Navidad.

Según los expertos para tratar de revertir la situación, incluso cuando estas fechas nos entristecen, podemos aprovechar la presencia de niños y ponernos a su servicio, ya que de la felicidad que les proporcionamos, deviene la nuestra.

Igualmente, si no nos vemos con fuerza suficiente para afrontar una gran ‘comilona familiar’, lo ideal es  tener encuentros cortos y no prolongar las veladas más allá de lo que podamos tolerar. Aumenta  tu capacidad para ilusionarte y date la oportunidad de sentirte contento, es trabajo sólo tuyo.  Si tu estado de ánimo anda por los suelos, es momento de revisar nuestro interior para lograr deshacernos de ese pasado que nos atormenta; con este ejercicio podremos además conocer aquellas conductas que nos limitan y que nos impiden cambiar el rumbo de nuestra vida.

Ayudar a los demás nos beneficia

Aunque podría parecer una desventaja, el estar solos en Navidad quizá pueda ser una puerta abierta para conocer a alguien nuevo o ayudar a los demás con una iniciativa solidaria. Sin duda, puede que para algunos la Navidad no sea la mejor época del año, pero existen miles de fórmulas para no sentirnos decaídos y molestos con esa felicidad innata que parece que irradia del resto de la gente. Lo mejor, es saber lo que queremos hacer y no dejarnos llevar por lo que los demás pretenden que hagamos. Es esencial cargarse de energía positiva, hacer un propósito de enmienda con uno mismo y mirar hacia lo nuevo que puede traer el nuevo año. En cualquier caso, si sientes que estos consejos pueden no ayudarte, no dudes en buscar ayuda de un psicólogo o terapeuta.

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