Desalojados por Barrick exigen su reubicación

Campesinos desalojados de las comunidades El Llagal Fátima y Los Cacaos, en Cotuí, se encadenaron ayer frente al Congreso Nacional para exigir a la minera Barrick Gold la reubicación de más de 400 familias.

Campesinos desalojados de las comunidades El Llagal Fátima y Los Cacaos, en Cotuí, se encadenaron ayer frente al Congreso Nacional para exigir a la minera Barrick Gold la reubicación de más de 400 familias.Luis Alberto Romero, vocero de los desalojados y miembro de la Asociación Unida de Campesinos Cotuisanos, dijo que a seis años de haberse instalado en la zona donde se construyó la presa de cola, la minera Barrick Gold sólo ha construido 65 viviendas de las más de 400 que se comprometió a construir.

Pidió al presidente Danilo Medina, que así como se revisó el contrato para mejorar los ingresos del Estado por la explotación minera, también sean revisados los casos de los campesinos, que asegura fueron engañados.

“Señor presidente, queremos también que esa comisión que llevó a cabo el desalojo sea destituida e investigada, porque no solamente se engañó a los campesinos, sino que también se estafó al Estado dominicano con grandes sumas de dinero”. Sostuvo que los terrenos que el Estado compró en Maimón, para reubicar a los residentes en esas comunidades, están siendo vendidos por la Comisión a nombre de testaferros.

“No hay forma de que lo entreguen y por eso queremos que la comisión que usted designe le rinda un informe completo y que los terrenos pasen a nombre de la Asociación, para ponerla a producir entre sus miembros”, afirmó.

Dicen reciben amenazas

Romerro denunció que los campesinos están siendo amenazados con ser apresados si no salen de los terrenos y desisten de su reclamo.

“Ellos están pidiendo mi cabeza, pero yo voy a morir luchando por mi pueblo”, manifestó el líder comunitario.

María Verónica Holguín, Manuel Lantigua, Luis Alberto Romero, Plácido Reynoso, Mercedes Rutinel y Jesús María Fajardo, se encadenaron desde las 6:00 de la mañana frente al Congreso, bajo la vigilancia de dos patrullas de la Policía.
Los manifestantes dijeron que continuarán su lucha hasta ver materializado su reclamo.

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