Desalojando a Valle Nuevo

En nuestro artículo de la pasada semana, expresamos nuestra gran preocupación por la extensa depredación forestal que observamos al subir al parque nacional de Valle Nuevo (Juan Bautista Pérez Rancier), localizado entre Constanza y San José de…

En nuestro artículo de la pasada semana, expresamos nuestra gran preocupación por la extensa depredación forestal que observamos al subir al parque nacional de Valle Nuevo (Juan Bautista Pérez Rancier), localizado entre Constanza y San José de Ocoa, donde la destrucción forestal ha tenido por objeto abrir espacio ilegal para una insostenible agricultura de altas montañas y altas pendientes, la cual se ha expandido con la mirada indiferente de las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente, en violación a la Ley Sectorial de Áreas Protegidas 202-04, y poniendo en peligro el agua que garantizaría el futuro suministro para mucha gente.

En ese pasado artículo, dijimos que la misma tarde que subimos a Valle Nuevo también subió el presidente de la República, Danilo Medina, quien tuvo la oportunidad de observar la misma depredación ambiental que observamos nosotros en el lugar, y los mismos daños forestales que puede observar cualquier persona sensata que se preocupe por los recursos naturales, motivo por el cual era de esperarse que el presidente que recientemente ha dicho que este será el cuatrienio del agua, y que ha dicho que quien se meta a deforestar irá preso, instruyera, o sugiriera, de manera directa o indirecta, al ministro de Medio Ambiente, para que detuviera la expansión agrícola devoradora de bosques y de aguas, la cual pone en peligro a las presas de Jigüey, Aguacate, Valdesia, Las Barías, Sabana Yegua, Pinalito y Río Blanco; a los acueductos de Santo Domingo y San Cristóbal; y a los canales de riego Marcos A. Cabral, Nizao-Najayo y Yaque del Sur-Azua (YSURA).

Atendiendo a la realidad ambiental visible en Valle Nuevo, y atendiendo a que ello constituye una clara violación al sistema nacional de áreas protegidas, el ministro de Medio Ambiente acaba de anunciar que quienes tienen siembras en Valle Nuevo tendrán un plazo de 120 días para completar y recoger sus cosechas, pues vencido ese plazo todos los productores agrícolas, ubicados dentro de la zona protegida, deberán salir de allí y emplazarse en otros lugares adecuados y reservados para la agricultura, acción que sugerimos deberá estar acompañada de un plan de ordenamiento territorial de la zona San José de Ocoa-Valle Nuevo-Constanza-Tireo, el cual impida, de una vez y por todas, que la gente quiera volver a utilizar a Valle Nuevo como zona agrícola de altas montañas, o como zona de asentamientos humanos de ciudadanos nacionales y extranjeros, porque es evidente que cada día aumenta la presencia de dominicanos y haitianos en el interior de ese parque nacional.

Esta correcta medida que busca devolverle a Valle Nuevo su categoría de área protegida, categoría que en la realidad se había perdido con la destrucción del bosque primario para dar paso a una insostenible agricultura que reduce, contamina y degrada las aguas puras de las altas montañas; acelera la erosión de la delgada cobertura de suelos residuales, al tiempo que desnuda las rocas del basamento volcánico y prácticamente esteriliza la zona, debe ir acompañada de un estricto reglamento operacional ambiental, pues de no hacerse así, en el futuro se repetirá el mismo reasentamiento agrícola y humano que ocurrió en el año 1996, porque los productores agrícolas desalojados legalmente siempre aprovechan todo cambio de gobierno para acercarse al nuevo presidente de la República, y presentarse como humildes productores de alimentos que contribuyen al sustento de miles de familias de escasos recursos económicos, argumento que siempre logra convencer a todo aquel que esté revestido de la mejor buena fe y de la mejor intención hacia los productores del campo de nuestra nación, y bajo esa coyuntura se les permite volver a la agricultura en un espacio de altas montañas que debe estar reservado exclusivamente para la producción de agua pura. Y eso jamás debía repetirse.

Todo el país debe respaldar esta correcta medida gubernamental, que al sacar a los agricultores de ese alto lugar, busca salvar la importantísima zona productora de agua de Valle Nuevo, y nadie, absolutamente nadie, debe argumentar que esta medida busca atropellar a productores agrícolas que se dedican a cultivar tierras de vocación forestal en esa importante franja oriental de la cordillera Central, pues si desde 1996 la zona ya es un parque nacional, de estricto y reservado uso forestal, la que bajo ninguna circunstancia se debe tocar ni dañar, por qué se permitió que desde la salida del poder del Dr. Joaquín Balaguer, la gente, los agricultores, el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Ambiente contribuyeran a la destrucción gradual de ese importantísimo patrimonio nacional ambiental, el cual, por ser un valioso y único recurso natural forestal, es propiedad de todos en general, pero no es propiedad de nadie en particular, y menos si se le quiere dañar usando una barata mano de obra extranjera que está entrenada para depredar todo recurso forestal que con tan sólo mirarlo le huele a leña de cocinar.

Dentro de 120 días todo el país debe estar pendiente a que Valle Nuevo se debe desalojar, y que de inmediato se debe reforestar y comenzar a cuidar. l

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