El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó recientemente el Informe sobre Desarrollo Humano 2013 en el que establece que la desigualdad en el país sigue siendo el principal reto del crecimiento. La riqueza producida,continúa siendo muy mal distribuida. Si bien es cierto que la República Dominicana aumentó el índice de desarrollo humano (IDH) en las últimas décadas, el estudio indica que el país disminuyó 15 posiciones en el ranking mundial debido a las grandes desigualdades en el ingreso por personas y en la educación.
Estos resultados vienen a confirmar una realidad que ha sido cuestionada por distintos sectores y que requiere de respuestas urgentes. La sociedad dominicana se enfrenta a la necesidad de redefinir un tipo de desarrollo que durante décadas ha estado dando muestras de su agotamiento. Es necesario pensar en un nuevo modelo económico basado en el desarrollo humano y productivo sostenible, que dé respuestas a los principales problemas del país y que garantice el bienestar.
No es posible continuar con la profunda contradicción de un modelo que ha priorizado la estabilidad macroeconómica, sin que la misma se traduzca en el fortalecimiento del aparato productivo nacional o en la transformación de la situación de pobreza que afecta a una parte importante de la población. Esto supone un compromiso del Estado con la formulación de políticas públicas que contribuyan a garantizar el ejercicio pleno de los derechos políticos, económicos y sociales de los dominicanos y las dominicanas. Estas políticas deben estar sustentadas en el más amplio consenso social, que permitan al Estado no solo ganar legitimidad, sino efectividad en la promoción de una sociedad más equitativa y con mayor cohesión social.
Para lograr esto, no es necesario partir desde cero. Después de años de insistir en la necesidad de una visión de desarrollo con un enfoque integral, la clase política dominicana y representantes de diversos sectores de la sociedad, acordaron la aprobación de la Ley de la Estrategia Nacional de Desarrollo de la República Dominicana 2030 (END). Con la aprobación de este instrumento de desarrollo, el país dio un paso trascendental en la superación del cortoplacismo y la improvisación, que caracterizaron los planes y programas elaborados desde el sector público. A más de un año de ser aprobada la END, está pendiente su efectiva implementación. Este sería el mecanismo, junto al plan plurianual del sector público, para que desde el Estado se promuevan políticas que generen un desarrollo con equidad. Para ello será necesario superar los retrasos y asumir una voluntad política real para cumplir con las metas establecidas.
