Los desechos médicos y biomédicos de los hospitales son considerados como peligrosos y, a diferencia de los residuos que producen los hogares, la basura de los centros de salud debe ser recolectada y clasificada por un personal que designa la administración de esos lugares de sanidad.
La peligrosidad es tal, que el gobierno desde el 1999 dictó un reglamento general de hospitales, que dispone en su artículo 49 que todo hospital organizará su comité de higiene y manejo de los desechos hospitalarios, que se encargará del proceso de identificación y clasificación de los mismos.
Mientras, que la ley 42-01, de Salud Pública, establece en su artículo 46 que el Ministerio de Salud Pública, en coordinación con Medio Ambiente, es la entidad que debe elaborar normas oficiales que regulen la disposición y manejo de desechos sólidos, cuyo uso, recolección, tratamiento, depósito, reconversión, industrialización, transporte, almacenamiento, eliminación o disposición final resultaren peligrosos para la salud de la población.
El reglamento general de hospitales también indica que esos centros deberán vigilar que el sistema y procedimientos de eliminación local y disposición final sean seguros y adecuados, y que el personal cumpla las normas de seguridad establecidas para estos procedimientos.
La normativa establece que los hospitales que no cumplan con esta disposición se les retirará su habilitación y serán sancionados administrativamente, y si existiesen daños a la comunidad o al medio ambiente serán responsables legalmente por tales efectos.
Para la disposición final de los desechos hospitalarios médicos y biomédicos en el Distrito Nacional, donde se encuentran los hospitales de mayor complejidad, Salud Pública tiene contratada a la empresa Alianza Incineradora, que se encarga de recolectarlos e incinerarlos. Pero, la disposición final de la basura común que producen los centros de salud es responsabilidad de los ayuntamientos del municipio donde se encuentre el centro.
