Deseo libertad

Hace unos días me preguntaron cuál es mi principal deseo para el año 2014.  Como no era algo que me había sentado a pensar, me tomé un tiempo y llegué a una conclusión que a mí misma me sorprendió: deseo libertad.  Y cuando hablo de libertad&#8

Hace unos días me preguntaron cuál es mi principal deseo para el año 2014.  Como no era algo que me había sentado a pensar, me tomé un tiempo y llegué a una conclusión que a mí misma me sorprendió: deseo libertad.  Y cuando hablo de libertad me refiero a libertad de tránsito, libertad de circulación, libertad para que mi hija, mi familia y la gente que quiero hagan las cosas habituales sin la preocupación de que pase algo.

Con tantos lamentables sucesos que terminaron en muertes violentas en este año que pronto termina, tantas tragedias propiciadas por manos de insensibles, tantos accidentes que han sido consecuencia de la impertinencia y la irresponsabilidad, tanto irrespeto a la ley, deseo libertad para vivir con menos paranoia de que a plena luz del día y en cualquier sitio público asalten a un ser querido, libertad para no tener que preocuparme en exceso cuando manejo con mi hija en el vehículo de que algún conductor imprudente nos golpee, libertad para que mi abuela salga a distraerse o a caminar sin mortificarme de que tenga algún problema, libertad de vivir sin el temor constante de ser víctimas, pues por el simple hecho de vivir continuamente con miedo, ya lo somos.

La inseguridad ciudadana en nuestro país se ha convertido en una especie de terrorismo, puesto que ha logrado infundir terror en la población, lo que indica sin dudas que los malos siguen ganando la batalla. Y aunque se han hecho importantes esfuerzos desde el Gobierno actual para contrarrestar esta situación, mientras a cualquiera lo asesinen por un celular, mientras la gente salga todos los días de su casa con preocupación por lo que pueda ocurrir, mientras los “padres de familia” y los delincuenciales sindicatos que los defienden sigan creyéndose dueños de las calles y cometiendo abusos, mientras haya tantas personas que no se atreven a bajar los cristales de sus vehículos y ya nadie confía ni en los guardianes de los establecimientos, la guerra está perdida.

La paradoja es que los más libres son los victimarios que hacen y deshacen a su antojo.  El resto, las víctimas, somos los que vivimos presos del temor, secuestrados en nuestros hogares limitando nuestra rutina y nuestros deseos como única arma de parcial prevención ante horrores que se han hecho costumbre en República Dominicana.

Así que más que la trilogía habitual de salud, dinero y amor, en lugar de querer viajes y oportunidades, más que aventuras o incluso mejor calidad de vida, para el 2014 deseo libertad.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas