Detrás de una receta médica

El escándalo desatado en China por la multinacional de medicamentos GlaxoSmithKline (GSM) ha desnudado todo un entramado de prácticas no éticas de parte de esta casa farmacéutica, una de las más grandes del mundo, con ventas que superan los 10,000&#8

El escándalo desatado en China por la multinacional de medicamentos GlaxoSmithKline (GSM) ha desnudado todo un entramado de prácticas no éticas de parte de esta casa farmacéutica, una de las más grandes del mundo, con ventas que superan los 10,000 millones de dólares al año.

Las acusaciones se refieren a toda una red de sobornos, estrategias de marketing engañosas y pagos indebidos, a médicos y hospitales chinos por más de 500 millones de dólares, para promover las recetas de sus productos y aumentar sustancialmente las ventas.

Esto lo que ha hecho es llamar la atención sobre lo que viene sucediendo en todas partes del mundo, donde las grandes casas distribuidoras de medicamentos, invierten grandes recursos económicos, en promover el conocimiento de los médicos de sus patentizados y otorgar incentivos, tanto en dinero metálico como en viajes, pagos a congresos y otros beneficios.

El objetivo de las campañas que se realizan en los consultorios y clínicas es influenciar sobre el poder discrecional que tiene el médico a la hora de emitir un juicio diagnóstico, y la libertad de prescribir lo que considere es necesario para mejorar el estado de enfermedad de un paciente.

El interés pecuniario y el condicionamiento de los profesionales de la salud desde su etapa de formación, hacen que esta industria  construya una relación de interdependencia, donde el usuario es la víctima, en términos económicos.
Las visitas constantes a los médicos, viajes a congresos con los gastos pagos y entrega de incentivos por cantidad de recetas, son parte de la vida diaria de la relación entre las  compañías farmacéuticas y los médicos.

A todo esto se añade, que gran parte de la información sobre los mecanismos de acción de los medicamentos son proporcionados por el fabricante, a quien hará la indicación, que con el uso de un lápiz de poco valor económico garantizará sustanciales ingresos a los eslabones de una cadena cuyos componentes son: fabricación, distribución, ventas, prescripción y expendio.

Cada centavo saldrá del bolsillo de quien compre el patentizado,  en nuestro país los medicamentos suman más  del 60% del gasto de bolsillo en salud de toda nuestra población.

Para dar una idea de la cantidad de dinero que maneja  la industria farmacéutica a nivel global, hablamos de cerca de 960,000 millones de dólares para este año 2013, con un aumento anual de entre un 3 al 6%, lo que explica la confrontación feroz que han tenido los países desarrollados en defensa de las patentes y en contra de los genéricos,  en las diferentes rondas de la Organización Mundial del Comercio.

La próxima vez que vaya al médico, pregúntele si lo que le está recetando tiene un equivalente en el mercado de los medicamentos genéricos, los cuales son de igual valor farmacológico que los de marca, pero cuyo costo económico es mucho menor. Así podrá contribuir a romper la abusiva cadena de enriquecimiento que tienen las casas farmacéuticas y se liberará de la alegría del lápiz de su médico tratante.

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