Diálogo y comprensión

El Consorcio Azucarero Central de Barahona se está quejando de los daños que les provocan a sus plantaciones las vacas de pequeños criadores. La denuncia es que sueltan los animales o los amarran en medio de los cañaverales. Es lamentable.…

El Consorcio Azucarero Central de Barahona se está quejando de los daños que les provocan a sus plantaciones las vacas de pequeños criadores.

La denuncia es que sueltan los animales o los amarran en medio de los cañaverales. Es lamentable. Parecería una acción intencionalmente dañosa, pero podría encerrar otra realidad.

En los bateyes de lo que fue el viejo ingenio Barahona se desarrolló una cultura criadora entre los trabajadores agrícolas, principalmente de origen haitiano, que fue tolerada por las autoridades del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) bajo reglas mínimas.

Los nuevos dueños del ingenio aplican directrices muy rígidas, por no decir agresivas, frente a los dueños y sus animales. Lo mismo ocurrió con campesinos que tenían pequeños conucos en las colindancias o en laderas de sus plantaciones.

La realidad sugiere que con los pobres y muy pobres no se puede ser demasiado duros. Las empresas que manejan grandes riquezas en las zonas rurales deben ser amigables con sus entornos, que son parte esencial del medioambiente.

Lo menos que han debido hacer los administradores del Central Azucarero es dialogar con los pequeños ganaderos. Con ellos deberían tratar de encontrar alternativas que les permitan sobrevivir.

¿Qué hace el Central Azucarero con la parte de la caña que no procesa, por ejemplo, el cogollo o residuo, sea en su resto de caña o el follaje? Simplemente los quema, lo que a su vez se convierte en un elemento contaminante en toda la zona, cuando pudiera darle un uso social o incluso industrial.

Pero además, una empresa que controla áreas tan extendidas de cultivo puede buscar algunas soluciones innovadoras para que las vacas no sean “un problema”.

En cualquier caso, si desarrollara una política socialmente responsable, en vez de perseguir y denunciar, debe dialogar y contribuir a mejorar las condiciones de vida de la gente en una zona críticamente deprimida.

En esa perspectiva, deben revisar los métodos hasta ahora utilizados y ver cómo instituir medios de convivencia con la mayoría de los criadores que forman parte del ejército de dominicanos que viven en la pobreza extrema.

La tierra y la caña son clave para incrementar riquezas, pero la gente tiene que vivir.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas