Diálogo en la isla

Representantes de los gobiernos de Haití y República Dominicana lograron en unas cuantas horas ponerse de acuerdo en Juana Méndez sobre asuntos que tantas inquietudes generaron en las últimas semanas. La declaración emitida ha sido equilibrada…

Representantes de los gobiernos de Haití y República Dominicana lograron en unas cuantas horas ponerse de acuerdo en Juana Méndez sobre asuntos que tantas inquietudes generaron en las últimas semanas. La declaración emitida ha sido equilibrada y en consecuencia no hay nada importante que objetar en un espíritu altamente constructivo. Hay que felicitar a las partes por la misma.
Si nos atenemos a su contenido, refleja buena voluntad. Vista hacia el futuro, depende ahora del compromiso, el seguimiento y el respeto a lo acordado. Ya está previsto un nuevo encuentro para el 3 de febrero.

Está muy bien que las partes decidieran reactivar la Comisión Mixta Bilateral para dar seguimiento a los acuerdos, y que se mantenga el tono “sereno, franco, constructivo y esclarecedor”. Que Haití reconozca el derecho soberano de República Dominicana para determinar su política migratoria y las reglas para el otorgamiento de la nacionalidad, y que asimismo el país haya acogido la petición haitiana de tomar medidas concretas para salvaguardar los derechos básicos de las personas de origen haitiano.

El gobierno nacional se comprometió  asimismo a impulsar una legislación adicional a los casos no previstos en el Plan de Regularización. Obviamente, es bueno recordar la norma constitucional dominicana.

Asimismo, las partes reafirmaron su interés en el desarrollo de los mercados fronterizos, reciprocidad comercial para el ingreso de productos en ambos mercados y otros asuntos no menos importantes.

Como siempre, habrá quienes hagan reparos a algunos aspectos, pero hay que señalar que se trata de una declaración de intención con propósitos más o menos definidos que deben ser materializados. Es bueno que se comprenda que se abre un proceso. Lo importante es que el camino sea lo menos espinoso posible, lo que obviamente depende de la firme actitud de las partes y la sincera colaboración de los acompañantes.

Desde cualquier punto de vista, la declaración baja las tensiones a ambos lados de la isla. Es necesario que la tolerancia y el respeto estén muy presentes entre las autoridades y los propios ciudadanos de una y otra nación.

Deben cesar los discursos insensatos en todas las direcciones. Moderarse todos y no enchinchar tanto.

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