“En caso extremo, el propósito de la delincuencia organizada no es competir con el Gobierno, sino utilizarlo”.Así lo afirmó Alejandro Moscoso Segarra, juez de la Suprema Corte de Justicia, durante su conferencia sobre el crimen organizado, dictada en la Universidad Pedro Henríquez Ureña.
Sostuvo que el crimen organizado ha sido conceptualizado como una sociedad que busca operar fuera del control del Gobierno, pues involucra a miles de delincuentes que trabajan dentro de estructuras tan complejas, ordenadas y disciplinadas como las de cualquier corporación, pero su pretensión no es tanto el poder político, sino que le interesa éste más para su protección.
El magistrado indicó que perseguir el crimen organizado es difícil y aunque el país ha hecho lo propio en esta materia, hace falta un conocimiento especializado de las formas de actuación, organización, ocultación y aprovechamiento de los beneficios obtenidos por estos grupos criminales.
“Hace falta, sobre todo, disponer de expertos en economía, contabilidad, finanzas, que constituyen las técnicas del modo de actuación de estos delincuentes”, sostuvo.
Además, señaló que requerimos “conocer el entorno sociológico que los arropa, más allá de la complicidad punible, en ocasiones, con respaldos sociales y económicos, con sus baluartes jurídicos, y a veces mediáticos, que dificultan la concreción de los hechos, su valoración y su persecución penal”.
Detalló que la delincuencia ha manifestado en los últimos tiempos una gran transformación, observando mayor organización, originando el desarrollo del crimen organizado, mayor violencia, proliferación de los llamados delitos económicos y financieros, tráfico de divisas y lavado de activos. “La delincuencia organizada se ha convertido en uno de los problemas más graves por los que atraviesa el mundo”, dijo.
