Conoce sobre las necesidades nutricionales de las personas que padecen de esta enfermedad, según la doctora Raquel Tejada de Blanc. El Alzheimer es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central, responsable del 70% de todas las demencias en personas anciana. Quienes padecen de esta enfermedad deben contar con el apoyo y entendimiento de sus familiares, donde cada uno de los miembros desempeñe un rol determinante en el que se asuman responsabilidades concretas y pactadas con el afectado.
Además de un entorno familiar estable y amoroso, quienes padecen de Alzheimer deben llevar una dieta saludable y de fácil alcance.
“Un elemento fundamental en este proceso y manejo de esta enfermedad es la sensación de un estado saludable. La nutrición no solo depende de lo que se sirve en la mesa, sino también de cómo se presenta, de la manera de acceder a los alimentos y del aprovechamiento energético de los mismos”, expresa Raquel Tejada de Blanc, nutrióloga clínica del Centro de Nutrición de Santiago.
La nutrióloga asegura que cuando un paciente adelgaza, se niega a comer, o come en exceso, sigue perdiendo peso o tiene dificultad para tragar, no bebe suficiente líquido, tiene problemas para evacuar, son razones para preocuparse.
Señala que un aspecto fundamental de esta enfermedad, en la evolución y presencia de comorbilidad, que es la alimentación, ya que de ella depende que el paciente tenga el aporte necesario de calorías y nutrientes esenciales para el mantenimiento de la salud y buen rendimiento intelectual.
Aspecto fundamental
Señala que un aspecto fundamental de esta enfermedad, en la evolución y presencia de comorbilidad, que es la alimentación, ya que de ella depende que el paciente tenga el aporte necesario de calorías y nutrientes esenciales para el mantenimiento de la salud y buen rendimiento intelectual.
“La pérdida de peso es inherente al proceso de envejecimiento, pero representa uno de los factores más relacionados con la morbimortalidad”, afirma. Explica que no se han encontrado causas claras que expliquen la pérdida de peso en el curso inicial de la enfermedad, así como su origen metabólico o del bajo aprovechamiento energético. Pero considera que las causas son tratables y reversibles.
Recomendaciones nutricionales
Para que la ingesta de nutrientes cubra las necesidades del paciente se debe: administrar una dieta adecuada a la situación, de poco volumen, varias raciones al día (de cinco a seis raciones), cuidando la presentación. Es importante mantener una buena higiene bucal, cuidar hidratación y humedad de la mucosa y la lengua.
La ingesta de alimentos ricos en fibra favorecen la actividad intestinal y evitan el estreñimiento.
