Digamos no a las vías fáciles

Para conseguir sus propósitos, muchos seres humanos se prestan a cualquier cosa. Llegan al extremo de quitar la vida a otro ser humano, a veces…

Para conseguir sus propósitos, muchos seres humanos se prestan a cualquier cosa. Llegan al extremo de quitar la vida a otro ser humano, a veces por dinero, por encargo. Es el comportamiento más horrendo que se pueda imaginar.

Quienes llegan a ese extremo suelen ser jóvenes, incluso, muchachos sin antecedentes en el mundo del crimen, y de un golpe se van al abismo.

Otras personas cometen violaciones que pueden considerarse de “rango menor”, pero igual en conflicto con la ley. Robos de todo tipo, falsificación de documentos, cambios de identidad, y se involucran en acciones que sólo mentes enfermas pueden concebir. A veces son jóvenes cuyas familias les han inculcado valores, los han criado decentemente y hasta los han educado, hasta que por ambición desmedida se pierden en el mal.

¿Se  puede hablar de que estamos ante una tendencia nueva? Quizás no. Siempre ha habido criminales, pero no tanta proclividad entre jóvenes a asociarse con malhechores, o por propia iniciativa, escoger el mal camino.

La tendencia predominante entre los estudiosos del comportamiento social es señalar la marginalidad y la falta de equidad como causas de esos comportamientos.

Pero observamos cómo la delincuencia aflora en estamentos de clase media, gente que ha tenido la oportunidad de hacer una carrera, de mejorar su vida por la vía del bien. Prefieren el camino fácil y quedan atrapados en las redes criminales.

Nada más hay que mirar retrospectivamente  hacia el más sonado caso de narcotráfico. Cómo esa  red de la muerte enroló a personas que pocos podían imaginar en esos menesteres.

Enriquecerse es loable. Nadie lo puede objetar, pero la gente, y en especial los jóvenes, tienen que entender que debe ser legítimamente, trabajando duro y no haciendo cualquier cosa, incluso, matar, contra la ley de Dios.

No a las vías fáciles y perversas para conseguir espurias riquezas.

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