En los artículos, de hace 10 años con “ñapa”, definía la imperiosidad de un verdadero líder en tiempos de crisis o de inflexión social. Yo, en nada visionario, preveía lo que significaba un Tratado de la magnitud del DR-Cafta, y la ceguera frente a la “cultura” criolla ante las tareas comprometidas. En reconocimiento a los genuinos líderes del sector empresarial y en especial a los de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera, que han marcado pautas en más de 39 años de fértil existencia y en representación de todos ellos, a Víctor Castro, su presidente de hoy.
Decía: “Estamos frente a la firma ineludible de un Tratado de Libre Comercio, con la nación más poderosa del globo terráqueo. Las asimetrías y desigualdades son tan brutales que dudamos de un resultado neto beneficioso para el país, pero confiamos en la capacidad nacional de enfrentar las crisis de nuestra propia autoría y salir airosos de ellas. El reto es enorme y la creatividad imperiosa.
En lo que a industria se refiere el espacio de maniobras para ser tan competitivos como sus homólogos de los Estados Unidos, es nulo. El cotejo de la situación actual del acuerdo con Costa Rica, muestra condiciones que desfavorecen dramáticamente a Dominicana.”
“Descomunales empujes externos y enorme presión interna, mezclados con elementos que disuaden el espíritu emprendedor, gravitan en nuestro ambiente empresarial. La ética que demandan los tiempos escasea y se tratan de acomodar principios fundamentales a situaciones particulares como si se tratara de elementos capaces de tomar la forma del recipiente que los contiene.
No bastan recursos ni apellidos y mucho menos simpatías grupales, para hacer el papel de líder que los tiempos demandan. Las instituciones y la sociedad en general, esperan que los líderes muestren carisma, fuerza de convencimiento, fortaleza y ética en sus confrontaciones. Quieren admirarlos porque precisan de personajes ancla. En el liderazgo los galones se ganan a pulso no por designación o por comisión. Frecuentemente se menciona la crisis de liderazgo y se soslaya el que esto luce una manifestación de preocupante disgregación y atomización social. El individualismo descarnado hace débil el tejido social de la nación y las agrupaciones y gremios han sido fortaleza nacional, aunque no valorizadas apropiadamente”
“El papel de verdadero líder es difícil y requiere equilibrio de acróbata. Precisa de ecuanimidad infinita y del fino olfato de las mujeres, versadas para escuchar el corazón y no las palabras. Que convenza con verbo veraz y transparente, capaz de escuchar, dejando a un lado lo pasional que nos caracteriza como dominicanos. En fin, resume a un ser superior de avanzado crecimiento y cautivante sensibilidad, de alma noble y temple de acero. Flor exótica que fructifica en muy contados jardines pero imprescindible para impulsar un sector vital para el desarrollo”. l
