El compañero Carlos Sánchez publicó el lunes en elCaribe un interesante trabajo sobre los planes existentes en torno a la selección dominicana de baloncesto que tiene previsto este año, buscar un pase al Campeonato Mundial de 2014.De entrada, apuesto a que esta vez la escuadra criolla va a conseguir esa clasificación al evento mundialista, la segunda en su historia, por diversas razones, incluida la ausencia del equipo de los Estados Unidos.
Pero ese no es el tema a tratar. En su trabajo, el colega Sánchez recogió la impresión de Eduardo Najri, uno de los responsables de la empresa que maneja la selección (Southgate), quien tocó temas que causaron más de una reacción.
Najri favorece que sea un dirigente norteamericano quien se encargue del equipo y es obvio, que él, quien está en las entrañas del monstruo, tiene sus razones. No es que esté en desacuerdo con eso, porque ha sido bajo la tutela de un estadounidense cuando el combinado de Quisqueya ha registrado su mayor avance y como dominicano nunca me podría quejar de eso.
Sin embargo, siempre he visto a Orlando Antigua como el dirigente natural de esa selección, lo he dicho en innumerables ocasiones en Mañana Deportiva, el programa radial que honrosamente comparto con Yancen Pujols y Máximo Díaz.
Orlando, entiendo, debe ser como una especie de bendición para nosotros como país. Es un tipo que jugó con la selección nacional en su etapa de jugador, que tiene el respeto de los jugadores y que ya conoce cómo funciona la máquina de ese equipo, puesto que ha estado dos veces como asistente del John Calipari, el reputado técnico norteamericano.
Antigua está maduro para el puesto y si bien ha estado al lado de Calipari en vez de tomar un trabajo como dirigente en la NCAA, no es precisamente porque no haya tenido ofertas para dirigir.
Recuerdo, durante una entrevista que le hice para este diario, que me confesó que le habían llegado muchas ofertas de equipos de primera línea en la NCAA. Supongo que él dará ese paso cuando sea necesario, pero entiendo que la calidad humana, talento y experiencia no le faltan.
Pero el tema del dirigente, aunque no se vea a simple vista, está íntimamente relacionado con el lugar de la preparación de la escuadra dominicana. Este último aspecto lo trataré en una próxima entrega.
