Nosotros, al igual que la mayoría del pueblo dominicano (presumo), estuvimos pendientes y atentos al discurso del señor Presidente de la República Danilo Medina Sánchez. Mucho se dirá desde hoy en adelante no solo de su discurso, sino también de las ejecutorias que se lleven a cabo del mismo, sus adversarios osarán atacarle y buscarle las debilidades, sus acólitos pasarán semanas lisonjeándole, algunos otros estaremos a la expectativa y llenos de esperanzas hasta ver cuánto se hará de lo prometido.
Por lo pronto, en esta ocasión creo que todos hemos quedado gratamente sorprendidos con el discurso del primer mandatario, el cual no se distrajo un solo momento en politiquerías y señalamientos inoportunos, sino que por el contrario se concentró en lo que sin lugar a dudas constituyó el tema central y más importante de su discurso: “la gente.”
Para hacer justicia al discurso del gobernante, hemos de señalar que su repetición constante de la palabra “gente”, que estuvo presente en casi todos los párrafos del discurso, no buscaba llamar la atención de la ciudadanía de manera demagógica y lastimera, no se trataba de la protección de un “papá” a un hijo desamparado, sino más bien la explicación del gerente de una empresa multinacional ante sus accionistas, en este caso el pueblo dominicano, explicándoles de manera detallada cuál es su plan de acción para encaminar este país a salir de la pobreza extrema en que se encuentra, teniendo como meta principal el mejorar la calidad de vida de todos los dominicanos.
Por tanto, y sin lugar a dudas, fue satisfactorio ver al primer mandatario recorrer los laberintos de las más complejas situaciones que mantienen al país en estado de desasosiego e incertidumbre, como son los temas de la educación, la seguridad ciudadana, el tema eléctrico, la agricultura, hasta llegar al tema de la protección soberana de nuestras riquezas naturales.
Sin lugar a dudas, si el presidente Danilo Medina Sánchez logra cumplir todo lo prometido, se casará con la historia y verdaderamente podrá decir que se “hizo lo que nunca se había hecho”. Su memoria quedará sembrada en el mismo corazón del pueblo dominicano donde él ha puesto su oído. Solo me resta recordarle al Presidente que el camino es largo y estrecho y solo manteniendo la mira donde la tiene puesta ahora en “la gente”, solo así podrá recorrerlo hasta el final y hacerlo exitosamente como todo un “gerente para la gente”.