Discutir frente a los hijos es dañino

Cuando mamá y papá se pelean, es posible que los más pequeños de la casa vean amenazada su sensación de seguridad y se pregunten quién tiene la culpa de los problemas.

Cuando mamá y papá se pelean, es posible que los más pequeños de la casa vean amenazada su sensación de seguridad y se pregunten quién tiene la culpa de los problemas.

Por eso, asesores familiares y psicólogos sostienen que discutir abiertamente sobre los conflictos entre padres es mejor que tratar de encubrirlos.

De lo contrario, los niños podrían llegar a una conclusión equivocada cuando ven a su madre, sentada a la mesa del desayuno con la expresión gélida, y a su padre ocultándose tras el periódico. Según los expertos, cuando una pareja discute y los niños escuchan palabras subidas de tono o portazos, se presenta también la oportunidad de enseñar algo a los más pequeños, siempre que padre y madre tengan en cuenta ciertas normas.

«Los niños tienen que aprender de este modo. Les comunica que es parte de la vida», opina la psicoterapeuta alemana Susanne Egert. Lo importante es que los padres enseñen a los hijos que, aunque tengan opiniones diferentes, siguen queriéndose.

A un niño siempre le preocupará que sus padres se peleen. Por eso, madre y padre no deberían esperar a que sean ellos, quienes saquen el tema. De lo contrario, los niños podrían llegar a conclusiones erróneas o comenzar a pensar que ellos son el problema, señala Egert. Los padres deberían tener en cuenta que los niños no deberían escuchar ciertos temas.

Al igual que no deben usarse expresiones malsonantes, tampoco deberían abordarse ante ellos asuntos como la situación financiera familiar, una separación o problemas de cama. Pero debería quedar claro que la pareja se ha reconciliado, especialmente ante los niños más

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