Don Julio Brache y los cinco retos

Como cada año, la Asociación de Industrias de la República Dominicana celebra con un almuerzo un nuevo aniversario de su fundación. En esta oportunidad que celebramos el 54 aniversario contamos, como en ocasiones anteriores, con la honrosa presencia&#

Como cada año, la Asociación de Industrias de la República Dominicana celebra con un almuerzo un nuevo aniversario de su fundación. En esta oportunidad que celebramos el 54 aniversario contamos, como en ocasiones anteriores, con la honrosa presencia de nuestro presidente Danilo Medina y de la Vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández.

Nuestro orador invitado en esta oportunidad fue Don Julio Brache Arzeno, fundador de Pasteurizadora Rica. Siempre es interesante oír cómo una gran empresa se desarrolla de un sueño y lo que muchos entienden se constituye con un gran capital, al escuchar estos relatos, llegamos a la conclusión de lo que he dicho en muchas oportunidades, que la mayoría de nuestras empresas surgieron con muy escaso capital, pero sí con mucha pasión y entusiasmo.

Tengo una asignatura pendiente en mis artículos; he prometido que haré un relato de empresas de éxitos que han surgido de una idea, de una casualidad, de una reunión de amigos, de algo que han visto en otros sitios, pero algo en común, el aporte inicial de capital semilla es bien bajo, crecen fruto de mucho entusiasmo, horas de trabajo y sacrificio familiar.

La historia de Don Julio no es diferente. Para mí, una sorpresa fue saber que había sido médico cirujano, confieso que siempre he creído que los médicos son grandes profesionales, pero poco administradores. Sin duda, al igual que mi querido Don Andrés Dauhajre (EPD), Julio Brache Arzeno son las excepciones que confirman la regla.

Inició lo que es hoy una empresa modelo, no sólo en el país sino en Latinoamérica con seis vacas. Su esposa Doña Elsa fue la empresaria inicial, vendiendo leche en el barrio y luego cuando las ventas bajaron por los efectos de la revolución del 1965, utilizó el exceso de leche para fabricar quesos.

Tituló su conferencia: “Los cinco retos de la industria dominicana para alcanzar el desarrollo sostenible”.

El reto generacional y tecnológico, es sin duda una de las amenazas que enfrenta nuestro desarrollo industrial. Como bien dice el conferencista, existe un relevo generacional en muchas de nuestras empresas que por necesidad, esa nueva generación, debe enfrentar los retos de una economía globalizada donde la educación juega un papel fundamental.

Las empresas que no entiendan este cambio están condenadas al fracaso. Pero es más profundo el desafío, porque no es suficiente con tener la sucesión de los accionistas adecuadamente preparados en las mejores universidades, cuando nuestros colaboradores tienen una alta deficiencia de educación. El reto resulta ser mayor, necesitamos una nación mejor preparada y qué bueno haber oído al ministro de Educación, Andrés Navarro, por cierto, galardonado durante el evento por su gran trabajo frente al Ministerio de Relaciones Exteriores, decir: “que su tarea principal frente al ministerio es la calidad de la educación”.

El reto de la gobernanza corporativa no pudo estar mejor elaborado por el doctor Brache.

Las decisiones que antes tomaba un solo dueño tendrán que ir cambiando para dar entrada a nuevos accionistas, fruto de las necesidades crecientes de capital. La ausencia de un mercado de valores desarrollado viene como resultado de que la mayoría de nuestras empresas son familiares y aún existe cierta resistencia a la apertura de las mismas.

También necesitamos, agregamos nosotros, que las normativas se adecuen al tamaño de nuestro mercado, ya que muchas emisiones de valores se ven restringidas porque a los industriales se nos obliga a dar tanta información para emitir bonos que nuestra competencia puede perfectamente utilizarla en su provecho.

Las industrias dominicanas, fruto de los cambios generacionales y el hecho de que ya no es sólo el fundador quien estará al frente de la empresa, sino que hay una larga descendencia, obligará a gobiernos corporativos que eviten los conflictos entre herederos con la consecuencia de la posible desaparición del negocio.

El reto de la apertura de los mercados pone una enorme presión sobre las industrias. Tal y como refiere el fundador de Rica, nuestras empresas se desarrollaron gracias a altos incentivos, en momentos en que la teoría de crecimiento de las economías era la sustitución de importaciones, para lo cual existían altas tasas arancelarias para impedir la entrada de productos de otras economías.

El mundo ha cambiado y Don Julio lo dice claramente “la industria dominicana tiene ante sí el gran reto de la apertura de los mercados dentro de esquemas arancelarios que si algo prometen es mayor competencia internacional y mayor competencia en el frente interno”.

Frente a este reto de la apertura hay una respuesta “el reto exportador”. La devaluación nos ha llevado a preocuparnos por generar dólares, la espiral inflacionaria nos ha obligado a aumentar precios. Pero la pregunta es ¿hasta dónde podemos aumentar precios sin quedar fuera del mercado? La respuesta de nuestro apreciado conferencista es clara: debemos exportar, aunque admite aún la existencia de ciertas trabas y la necesidad de trabajar en eliminarlas. También la tasa de cambio en muchos momentos sobrevaluada, representa un obstáculo para poder competir en los mercados internacionales.

En esta oportunidad el señor Brache se dirigió al señor Presidente, para pedir mayor apoyo para reconvertir la economía nacional y la industria y hacer que los importadores netos nos convirtamos en una nación de exportadores. Seguro que pensaba que el día anterior se había aprobado la nueva ley de presupuesto y a los industriales se nos obliga a pagar un 9% del ITBIS en aduana lo que sin duda es una limitación a las exportaciones.

Por último y no menos importante es el reto del marco institucional. En esta parte me limito a citar textualmente parte de la conferencia “el Estado no es el principal jugador de los negocios, pero es quien define con claridad las condiciones y reglas de juego”. Más adelante dice “sin el apoyo de los gobiernos la reindustrialización a la que aspiramos es imposible. Son los gobiernos los que pueden disminuir las trabas burocráticas que entorpecen muchos procesos industriales”.

Y finalmente, “es desde los gobiernos que se pueden tomar medidas para abaratar el financiamiento y fortalecer los incentivos para la investigación y desarrollo. Es desde los gobiernos desde donde se pueden tomar iniciativas como reducir impuestos a los combustibles tradicionales o incentivar el uso de energía y combustibles alternativos. Es desde los gobiernos donde se pueden mejorar considerablemente las condiciones para hacer negocios”.

La conferencia de don Julio Brache Arzeno es un mensaje lleno de esperanza, fomentado en la experiencia de alguien que inició lo que es hoy una gran empresa con seis vacas, una gran compañera de toda su vida, doña Elsa, una pequeña empresaria que supo encender la chispa de lo que es hoy Rica. Gracias por compartir sus experiencias y su visión.

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