Dos más dos

Es cine comercial muy bien hecho técnicamente. Su “historia” es sobre un momento en la vida de dos parejas con muchos años de casados, quienes resuelven buscar nuevas ‘experiencias sexuales’ intercambiando sus respectivas parejas. Podría…

Es cine comercial muy bien hecho técnicamente. Su “historia” es sobre un momento en la vida de dos parejas con muchos años de casados, quienes resuelven buscar nuevas ‘experiencias sexuales’ intercambiando sus respectivas parejas. Podría parecer ‘comedia romántica’, pero se va más al lado de lo abiertamente erótico con diálogos “picantes”.

Quizás esa fue la fórmula elegida a pota persiguiendo el éxito de 900 mil taquillas que lo hace el más visto en Argentina en el 2012. La trama nos remite a Bob & Carol & Ted & Alice (1969) del formidable Paul Mazursky, filme que consigue dar una galleta a la doble moral de la sociedad estadounidense de entonces (algo que también podemos palpar en Mad Men), pero también tiene un cierto Déjà vu al filme francés Four Lovers. No obstante, en este filme en cuestión su director deja bien clarito desde la primera secuencia con por momentos buenos diálogos que lo que busca es pasar el rato y entregar una película para que el gran público ría mientras los productores se llenan de dinero, y mantener la coherencia del cine comercial. Aunque hay quien se engaña con un cierto abordaje ‘adulto’ en la primera parte de la película.
 
La actuación es lo único apreciable. Fuera de eso, el guión va y viene según le convenga a la estrategia narrativa (¿?). Una narrativa más para tv que para cine, porque es que todo está construido sobre gags, algunos físicos y otros ‘dialogalizados’ para todo público, pues no hay retrato social ni psicológico, solo escaramuzas eróticas del tipo de Friend, aquella serie de tv inigualable. Como guión no encontramos una sola idea desarrollada de tantas que se manifiestan en una pareja: infidelidad, prevaricación, narcisismo, inmovilidad emocional, intimidación verbal, obsesiones, simulación. Es lo que se llama un filme de laboratorio propuesto a buscar una receta ideal para realizar cine comercial con pretendidos temas tabúes. Tampoco consigue identificarse como “cine argentino”, a no ser por el “acento” del habla, porque ni siquiera los elementos fundamentales de la latinidad se ven expresados. Si quiere pasar el rato, bien, pero si quiere ver algo un poquito más allá métase a ver LOS SUPER, un intento aceptable de comedia dominicana. l HH Dirección: Diego Kaplan

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