Economía RD retada a crecer como en anteriores elecciones

La economía dominicana tiene en el 2016 el reto de tener un año de crecimiento, para mantener el ciclo de expansión que se ha materializado en los cuatro anteriores períodos electorales, a partir del 2000.

La economía dominicana tiene en el 2016 el reto de tener un año de crecimiento, para mantener el ciclo de expansión que se ha materializado en los cuatro anteriores períodos electorales, a partir del 2000.Si se cumplen las proyecciones, el año en curso cerrará con el tercer mayor crecimiento en los últimos períodos electorales, probablemente con la más importante posición de estabilidad de precios internos.

En un escenario regional estimado con un decrecimiento del 0.2% de la economía de América Latina, influenciado por la proyectada recesión de Brasil y Venezuela, la República Dominicana tiene el desafío de volver a liderar el crecimiento de la zona. Los pronósticos, tanto del Gobierno y sus agencias económicas como de los organismos internacionales (Cepal, FMI y Banco Mundial), dan cuenta de que el producto interno bruto (PIB) dominicano crecerá este año alrededor del 5%.

El Gobierno, involucrado en promover el crecimiento vía el incremento del consumo, esencialmente del privado, presentó un presupuesto para el año en curso, casi similar al del año pasado, que fue de RD$633,465 millones. El monto aprobado para el año en curso es de RD$663,558 millones, sin incluir el pago de amortización de la deuda. Los aproximadamente RD$30,000 millones de incremento absoluto del presupuesto de este año con relación al anterior fueron básicamente por aumento forzado en el gasto en educación, que es de un 4% del PIB. El año pasado la economía creció un 7% y para el presente se espera que se expanda en un 5%. Ese crecimiento obliga a seguir aumentando proporcionalmente la partida para la educación pública preuniversitaria. Y el Gobierno ha asumido el cumplimiento de la asignación del 4% del PIB a la Educación, como una ruta sin retroceso ni pausa.

La excepción

Excepto ese aumento y otras partidas menores para Salud, el Gobierno diseñó un presupuesto sin intenciones visibles de motorizar o impulsar un incremento del gasto electoral, con excepción de las partidas que legalmente tienen mandato de aumento en los períodos de elecciones, como son la asignación a la Junta Central Electoral para el montaje del proceso y las cuotas a los partidos políticos reconocidos. El extra para este año es de unos RDR$3,000 millones.

El Gobierno ha dicho reiteradamente que no gastará un centavo más de lo consignado en el Presupuesto, con lo que sale al frente a temores expresados por algunos sectores, políticos, empresariales y sociales, de que pudiera producirse durante el período un desbordamiento del gasto, por el tema electoral.

Durante el anterior período electoral, el gasto oficial se expandió y el presupuesto experimentó un déficit histórico de alrededor un 7.8% del PIB. Para ir tapando ese hoyo fiscal, la administración del presidente Danilo Medina ha ejecutado una política fiscal dirigida a la sostenibilidad. Pero no ha podido librarse de los consiguientes déficit fiscales expresamente calculados. Para este año el presupuesto fue aprobado con un déficit consciente de RD$75,893.5 millones.

Asumiendo el diseño del presupuesto del año sin mayores asignaciones para inversiones públicas y la seguridad dada por el Gobierno de que no habrá sorpresas de gastos desbordados en el período electoral, se plantea que el esperado crecimiento no será inducido o influenciado por el gasto electoral.

El proyectado crecimiento pone, sin embargo, el año 2016 en el sendero transitado por los períodos electorales 2000, 2004,2008 y 2012, en los que la economía creció a tasas relativamente altas, con ciertos niveles de calentamiento. En esos años la expansión fue mayor en la primera mitad de cada período, ralentizándose o contrayéndose a partir del segundo semestre.

El 2016 es un período que coincide con los años 2000, 2004, 2008 y 2012 en la realización de elecciones generales en medio de dificultades económicas globales, aunque ahora los factores externos tienen menor connotación, pues ya el principal socio comercial dominicano, Estados Unidos, está en franca recuperación, creciendo.

El petróleo en baja se proyecta como un aliado para que la economía dominicana siga creciendo en un escenario de mayor estabilidad de precios. La tasa de expansión económica esperada para el año en curso sería la tercera mayor de los últimos cinco años electorales.

En los años electorales del 2000 al 2012 la economía creció entre 2.0 por ciento y 7.8 por ciento. Excepto en el 2004, el crecimiento fue con baja inflación. La devaluación del 2003 generó un proceso de alta inflación que todavía en el 2004 cerró con doble dígitos.

Primer año compartido por modelos distintos

En el año 2000, cuando la administración del doctor Leonel Fernández fue sucedida por la del ingeniero Hipólito Mejía, la economía dominicana creció en un 7.8%, el nivel más alto de la región. En el siguiente año electoral, en el 2004 -cuando Mejía fue sucedido por Fernández-, la expansión del PIB fue de 2.0%, aunque tuvo la particularidad de ser un período de recuperación, pues en el año fiscal anterior, la economía decreció un 1.9%. En el 2003 fue que estalló la crisis bancaria local. El costo de esa crisis todavía el país no lo ha saldado. El buen desempeño económico en años electorales continuó en el 2008, cuando el presidente Fernández se reeligió. En ese período, el PIB se expandió en un 5.3%, la segunda mayor tasa de los ejercicios analizados. Para el año 2012, cuando Fernández fue sustituido por Danilo Medina, la economía creció en un 3.9%, en un ambiente de abultados gastos oficiales en la primera mitad. Ese año, el déficit fiscal se situó en niveles históricos y para enfrentarlo, las autoridades que asumieron en agosto aplicaron un drástico plan de recortes que incluso frenó el ritmo de crecimiento con que se movió la economía en la primera mitad del 2012. 

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